Ingredientes: (Para 12 unidades)
Para la masa:
- 3 vasos de leche- 3 cucharadas colmadas de harina- 7 cucharadas de azúcar- ralladura de 1 limónPara freir:
- 2 huevos- 1 cucharada de harina- 1 cucharada de azúcar- 1 cucharada de postre de canela- aceite de olivaPreparación:
Comenzamos preparando la masa de la leche frita con le leche fría, esto evitará que se formen grumos con la harina. En un bol ponemos la harina y vamos añadiendo la leche poco a poco sin dejar de remover con unas varillas. Cuando hayamos incorporado toda la leche ponemos el azúcar y la ralladura de limón - sólo la parte amarilla - No os preocupéis si os queda algún que otro grumo de harina porque cuando comience a calentar desaparecerán. Lo volcamos sobre una tartera y lo ponemos a fuego no muy fuerte removiendo contínuamente para que no se nos pegue en el fondo. Una vez que empiece a hervir, retiramos del fuego y volcamos sobre una fuente llana. Tapamos con un papel film que pondremos tocando la superficie de la masa. Dejamos enfriar en el frigorífico.Pasadas un par de horas procederemos a cortar los trozos de leche frita en cuadrados de unos cinco centímetros de lado más o menos procurando que queden todos del mismo tamaño. Pasamos los trozos por harina y por los huevos batidos y freímos en aceite abundante hasta que se doren por ambos lados. Mientras se van friendo, mezclamos una cucharada de azúcar con la canela. Retiramos la leche frita sobre un papel absorbente. Cuando se haya eliminado la grasa sobrante de la fritura pasamos a la fuente de presentación y espolvoreamos cada trozo con la mezcla del azúcar y la canela.
Curiosidades:
Si duda éste es uno de mis postre preferidos, no me atrevo a decir que es el que más me gusta porque me encanta el dulce y mi lista es bastante larga. Partimos de una receta básica donde lo que importa es cuidar los pequeños detalles, éstes son los que van a hacer que vuestra leche frita sea especial. Tened cuidado con la ralladura de limón para que no vaya la parte banca de la piel que aportaría un toque amargo a nuestro postre. Deshaced muy bien la harina y no paréis de remover cuando la mezcla esté al fuego, esto contribuirá a que se deshaga mejor la harina y a que no se pegue el azúcar en el fondo y se nos estropee. Por otro lado procurad retirar todo el aceite sobrante, yo suelo pasar un papel absorbente por encima de cada pedazo para que queden bien secos. Esto último ya va en gustos, pero yo prefiero tomarla recién hecha. Cuando todavía está caliente es una auténtica delicia.
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