La percepción de una imagen esta en estrecha relación con la manera en la que cada individuo puede captar la realidad y, al mismo tiempo, esta vinculada con la historia personal, los intereses, el aprendizaje y la motivación. El conocimiento de un objeto no está determinado solo por las sensaciones visuales, auditvas, olfativas… sino que existe una forma particular (individual/social) de conocerlo. La forma de conectarnos, las emociones hacia un objeto, determinan en buena medida, nuestra carga valorativa hacia el mundo físico.
Cada individuo no ve cosas distintas en un mismo objeto aunque haya tenido experiencias previas diferentes, porque la organización del mundo perceptual es similar en todas las personas que comparten los mismos códigos, pero sí puede diferir la carga valorativa acerca de ellos. Una serie de percepciones individuales capacita para ponerse de acuerdo con los demás sobre lo vivido, independientemente de que las experiencias individuales hayan sido diferentes, pero no pueden estudiarse aisladamente de las relaciones estructurales que se dan en el seno de la sociedad. La percepción de un objeto se fundamenta en un proceso individual y, al mismo tiempo, en la relación jerarquizada que tiene ese objeto desde el punto de vista social. “Unos mismos principios – afirma R. Arnheim – rigen las diversas capacidades mentales porque la mente funciona siempre como un todo. Todo percibir es también pensar, todo razonamiento es también intuición, toda observación es también invención”
Fuente: Roberto APARICI, Lectura de imágenes. Madrid: Ediciones de la Torre, 1998
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