Konrad Lorenz es una de las figuras clave en la biología del siglo XX, jugando un papel fundamental en la aparición de una nueva disciplina dentro del amplio campo de la biología, la etología, disciplina de la que ya hablamos hace unos meses en ¡Ciencinante! cuando tratamos la importancia del juego en el aprendizaje.
Konrad Lorenz – Hablaba con las bestias, los peces y los pájaros (Tusquets Editores, Colección Fábula, 1999)
Si algo cabe destacar de Lorenz como científico fue su gran capacidad de observación. Y precisamente, de eso va su libro Hablaba con las bestias, los peces y los pájaros, una obra con un marcado carácter divulgativo, escrita desde la propia experiencia personal en su relación con los animales, y, sobre todo, en cómo se relacionan los distintos animales de los que el autor nos habla.
Conocer y aprender a apreciar los movimientos de un luchador de Siam cuando está ante una hembra o ante otro macho dispuesto a acaparar su territorio, o que su comportamiento no dista tanto del de los espinosos de las aguas del Danubio es solo una de las muchas cosas que Lorenz nos va descubriendo a lo largo de su libro. Acoger a una pequeña cría de ganso como a un hijo propio que exige todos sus cuidados, o descifrar el entramado que supone una sociedad de grajillas son solo algunos de los fascinantes pasajes que componen Hablaba con las bestias, los peces y los pájaros. Pero, además, no solo acompañaremos a Lorenz en la observación de los comportamientos de los distintos animales, sino que también nos obsequia con útiles consejos si decidimos tener una mascota y nos ayuda a entender un poco más a los animales domesticos (que no siempre domesticados) y a poder disfrutar y compartir de una mejor manera cada momento que pasemos con ellos.
Hablaba con las bestias, los peces y los pájaros es una obra, publicada por Tusquets Editores, es un libro con un estilo ágil y sencillo, que nos enganchará desde el primer momento y del que será difícil separarnos hasta no haberlo terminado.