Diez años después de la conclusión de Transmetropolitan, la mítica serie ciberpunk de Warren Ellis y Darick Robertson, volvemos la vista atrás para reencontrarnos con nuestro idolatrado Spider Jerusalem, cuyas aventuras se encuentran fuera de edición en estos momentos, como la mayor parte del catálogo de Vértigo. Mientras esperamos su rescate por parte de ECC, rememoramos el camino de la versión futurista de Hunter S. Thompson y su periodismo gonzo. Más información, a un click.
Tras un retiro de cinco años, la estrella del periodismo incisivo, Spider Jerusalem, se ve obligado a volver a la ciudad y al trabajo que estuvieron a punto de acabar con él.
La semana pasada recibí la visita en La Parada un compañero de Ruta 42, Nacho Pilonetto. Con el buen gusto que cabía esperar el autor de La Cronoviñeta, escogió como lecturas veraniegas la edición de ECC de Flex Mentallo y el segundo volumen de la recopilación de la etapa de Alan Moore en La Cosa del Pantano. ECC publicará próximamente el tercero, completando así la colección que inició Planeta deAgostini Cómics. La conversación friki subsiguiente derivó hacia ese vacío de catálogo que ha dejado el cambio de los derechos para publicar los cómics de DC (lo que incluye Vértigo) de Planeta a ECC. La nueva editorial está dando sus primeros pasos con gran solvencia, pero tiene que afrontar la tarea de lanzar todo el nuevo universo DC y las correspondientes novedades de Vértigo, cerrar las series abiertas por Planeta manteniendo formatos e iniciar la recopilación de todo ese material mítico que ha quedado descatalogado con la desaparición su fondo. Ambos coincidimos en reclamar Transmetropolitan, una de las colecciones que han quedado en el limbo y una de esas grandes sagas de Vértigo que merece ser rescatada en un formato decente. Otras de las series míticas, como The Sandman, Predicador o 100 Balas fueron reeditadas recientemente por Planeta en formatos especiales, y aunque estas también han quedado fuera de circulación, salvo stocks en librerías, los lectores han podido acceder a ellas hasta hace poco.
Después de un exhaustivo aseo, que incluye un afeitado radical, Spider Jerusalem está listo para entrar en acción. El exhibicionismo es sólo uno de sus muchos pequeños trastornos.
Sin embargo a Transmetropolitan no le llegó el turno de la recopilación, y durante años solo ha existido una edición irregular y bastante extraña en su planteamiento, en cartoné, recopilando dos números del comic book americano en cada uno de los quince primeros tomos, y más adelante de seis en seis para concluirla en cinco tomos mas, tras una pausa que tuvo en vilo a todos los que nos habíamos resignado a hacernos con ella en ese formato. Aprovechando que a pesar de todo conseguimos completarla, esta semana rendimos merecido homenaje a esta colección, dentro de nuestra serie “Veinte años de Vértigo”
El regreso a las calles de un periodista legendario
Spider Jerusalem es un periodista famoso por sus métodos atípicos, por su incisiva búsqueda de la verdad detrás de la noticia y por sus extravagantes excesos. El autor de los exitosos Saludándose y ahogándose y Tiro en la cara se convirtió en toda una celebridad en La Ciudad, una visión futurista y distópica de Nueva York. Acosado por su propia fama e intoxicado por la vida urbana, se retiró a las montañas, donde durante cinco años ha vivido como un ermitaño al margen del mundo y descuidando su salud y sus necesidades humanas. Una llamada de teléfono le vuelve a poner en contacto con la realidad, cuando sus antiguos editores le exigen que cumpla un contrato que le compromete a dos libros más. De vuelta en las calles, Jerusalem necesita algún trabajo que le de sustento mientras cumple con sus compromisos, por lo que acude a su viejo amigo Royce, editor de la sección local del diario The Word, quien se mostrará encantado de contratar al célebre Spider Jerusalem para que escriba una columna. Así comienza la publicación de Odio todo esto, incendiaria sección en la que el periodista iniciará una fanática búsqueda de la verdad que se esconde tras los discursos de los políticos, de las religiones, de ciertos movimientos populares y de la propia prensa.
Spider recuperará pronto la popularidad que le hizo huir de la ciudad con su columna, que pronto convertirá a The Word en el periódico mas leído por el público y mas odiado por los poderosos.
Como premisa inicial resulta interesante, pero hay mucho más. Para empezar, Transmetropolitan se ambienta en La Ciudad, una megalópolis futurista que cobra vida con los dibujos de Darick Robertson, rebosantes de detalles e información. El guión de Ellis es salvajemente divertido en los delirantes diálogos y mantiene una elegancia poética hardboiled en las reflexiones y textos de Jerusalem. Podemos leer sus columnas en numerosas ocasiones, mientras recorremos a su lado unas calles que lo repugnan tanto como excitan. Spider Jerusalem se nutre de la ciudad para escribir, del ambiente y las gentes que la habitan, de la forma en que se interrelacionan y como responden a la autoridad.
Las reflexiones que los paseos por la ciudad provocan en Spider Jerusalem son la clave de la mayor parte de sus artículos.
Esta ciudad nunca se ha permitido decaer o degradarse. Crece salvaje e intensamente. Es un desorden ruidoso brillante y apestoso. Coge fuerza de miles de culturas. Y de las miles que aparecen cada día. No es perfecta. Miente y engaña. No es una utopía y no es la montaña ni de lejos… pero está viva, no lo niego.
El segundo aspecto es la forma en que Jerusalem hace periodismo. Atiborrándose con todo tipo de potenciadores y drogas de lo más originales, armado con su disruptor intestinal y con la violencia como respuesta a las provocaciones y los límites impuestos por el poder, lanzando sus columnas como balas contra la mentira institucionalizada y contra el complaciente autoengaño de la gente de a pie. Sacando la verdad a golpes o mediante gas informativo, navegando en busca de la noticia entre los miles de canales de feeds, provocando la propia noticia buscando camorra en ferias de religiones o laboratorios de criogenización, Spider Jerusalem es la versión futurista y ultra potenciada de Hunter S. Thompson (1937 – 2005), polémico periodista estadounidense fundador de la corriente del “periodismo gonzo”.
Spider no olivida nunca ir armado y aunque muestre cierta predilección por los disruptores intestinales, cualquier arma es buena para hacer un poco de ruido en busca de la verdad, o para conseguir una entrevista con Fred Christ, líder del movimiento transiente (humanos que voluntariamente cambian su genoma por el de alienígenas).
La leyenda del periodista gonzo
Thompson se sumergía en la noticia, realizando reportajes sobre los temas más diversos (en muchos casos aparente frívolos), y revelando a partir de sus experiencias la cara más oscura y surrealista de América mediante descripciones subjetivas en primera persona llenas de color y profundidad psicológica. Su trabajo más conocido, Hell’s Angels, una extraña y terrible saga (Anagrama, 2009) le llevó a ingresar en la conocida banda de moteros Los Ángeles del Infierno, adoptando su estilo de vida durante más de un año. Otras de sus obras más importantes, surgidas de sus reportajes para la revista Rolling Stone, son Miedo y Asco en las Vegas (1971) y Miedo y Asco en la campaña del ’72, en el que empieza su persecución a Nixon, a quien llegó a denominar un monumento a todos los genes podridos y cromosomas rotos que hicieron posible la corrupción del sueño americano. Sus novelas han sido llevadas al cine en tres ocasiones: Where the buffalo roam (1980, con Bill Murray en el papel de Hunter S. Thompson, recreando su cobertura de la Super Bowl de 1972 y la campaña presidencial), Miedo y Asco en Las Vegas (1998, dirigida por Terry Gilliam y con Johnny Depp y Benicio del Toro interpretando a Thompson y a su abogado) y Los diarios del ron (2011, de nuevo con Johnny Depp). En 2008 se estrenó un fantástico documental sobre su vida, Gonzo: Vida y hazañas del Dr. Hunter S. Thompson.
Spider Jerusalem con su cigarrillo en la boca, sus gafas – cámara verdes y rojas y su círculo de aliados (el editor Royce, las “asquerosas ayudantes” Channon y Yelena y su gato bicéfalo) encarna una versión aún más radical, acorde a un mundo aún mas deshumanizado que el que exploraba Thompson.
Las acompañantes de Jerusalem, la ex-stripper, guardaespaldas y becaria de periodismo Channon Yarrow, y la enchufada del jefe, Yelena Rossini
El periodista americano se suicidó a los 67 años. Sus cenizas fueron disparadas desde un cañón, emplazado según su deseo en una torre de 47 metros de altura diseñada con la forma de un puño rojo con dos pulgares cerrado en torno a un botón de peyote, símbolo del periodismo gonzo.
La obra magna de dos grandes del cómic
En los guiones de su obra más larga y longeva, publicada entre 1997 y 2002, Warren Ellis (1968, Essex, Inglaterra) se deja llevar por sus grandes pasiones: la sátira social, la crítica ácida al sistema con la ciencia ficción como vehículo metafórico, interesándose especialmente por las nuevas tecnologías y la sobredosis de información que las acompaña. Ferviente seguidor de todas las novedades tecnológicas y especialmente de la revolución de Internet, Transmetropolitan es un cómic de su momento que no ha quedado desfasado, una puerta al mundo 2.0 en el que ahora estamos sumergidos.
Un Presidente en apuros. Spider Jerusalem se hizo famoso con su libro “Tiro en la cara”, en el que cubría la campaña presidencial que encumbró a “La Bestia”. El apodo que Jerusalem le adjudicó causó tanto impacto que nadie parece conocer otro nombre para él hombre mas poderoso de América.
Las redes sociales, los blogs y los feeds, los dispositivos electrónicos por los que tenemos acceso a la información las 24 horas al día o la decadencia de la televisión son algunas de las realidades que se nos anuncian en las páginas de este cómic, con el espectacular dibujo de Darick Robertson dándoles forma, en el que es sin duda el mejor trabajo del dibujante californiano. Los expresivos rostros de los personajes, los detalles con los que se inunda La Ciudad, el diseño del vestuario de las distintas tribus urbanas, los vehículos, las armas y equipos de alta tecnología que pueblan las viñetas, dan a Transmetropolitan un verdadero brillo al servicio de la narración. Robertson comenzó a trabajar en la serie con la idea de que no pasaría de los seis números que se publicarían en un nuevo sello de DC llamado Helix y destinado a la ciencia ficción. Finalmente, tras la desaparición de Helix, Transmetropolitan continúa publicándose en Vértigo desde el número 13, hasta un total de sesenta entregas mensuales, un enorme trabajo de cuatro años que se traduce en una evolución hacia un dibujo algo más simplificado y menos detallista en los últimos números, pero siempre siendo efectivo y sin deslucir para nada un fantástico trabajo, complementado a la perfección por el color de Nathan Eyring.
La Ciudad está poblada por todo tipo de rarezas, individualizadas con todo detalle por Darick Robertson, que también llena las calles de mensajes en anuncios, pantallas o camisetas
Podríamos resumir Transmetropolitan diciendo que es un cómic muy divertido, bastante gamberro pero que pone el dedo en la llaga del periodismo sin pudor, planteando, como Thompson, la anteposición de la búsqueda de la verdad, casi siembre subjetiva, sobre la mera caza de la noticia aparentemente objetiva, fácilmente manipulable. Lo hace con un personaje carismático y antológico, con un guión lleno de perlas que no rehúye de la profundidad, y con un trabajo artístico espectacular. Un cómic que merece la pena leer y tener, y sobre todo que se debe reeditar mas pronto que tarde.
Ir mas allá de la noticia, hasta donde se encuentre la verdad: ese es el objetivo de Spider Jerusalem. El periodismo que necesitamos.
Raúl A. Astruga
Mercader de historietas en La Parada de los Cómics y miembro de la Asociación Cultural El Planeta de los Cómics.
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