Sin escafandra ni bombona, sin un sencillo esnórquel, llegué a ‘Lecturas sumergidas’ en un chapuzón digital y azaroso, buscando buenos enlaces para mi reseña de ‘En la orilla‘. Buceador afortunado, descubrí una página especial, un pequeño tesoro de palabras que brillaba con luz propia. Como el blog que no es, la mayoría de los reportajes y entrevistas de ‘Lecturas sumergidas’ tenían una única autora. Como la revista que es, sus textos mostraban una ambición muy superior a la que el más afanoso bloguero puede permitirse, digna del prestigio decadente del papel impreso.
“En Internet todo está por llegar aún (…) Creo que eso de que Internet es un medio para la lectura rápida es un cuento”, dice Emma Rodríguez a Manuel Rico en esta entrevista, charla, conversación, en la que explica cómo y por qué empezó su gran aventura hace poco más de un año. Afortunadamente para ella, no está sola en el viaje. ‘Lecturas sumergidas’ es una revista familiar, hecha en casa, mano a mano entre Emma Rodríguez, Nacho Goberna - su compañero, ex líder de ‘La dama se esconde’ -, y Karina Beltrán, autora de muchas de las fotografías que ilustran esta revista que cuida la palabra y la imagen.
Recuerda Manuel Rico que Emma fue “una de las artífices del suplemento ‘Libros’ de El Mundo”, en 1989. No sé si salió del periódico en algún ERE desalmado, pero sí que a pesar de tener el trabajo que probablemente siempre quiso Emma terminó decepcionada. “Todo estaba supeditado a la inmediatez y cada vez se veía con peores ojos que un periodista dedicase tiempo a leer o a preparar un reportaje. La calidad del resultado cada vez se valoraba menos (…) Estaba cansada de no poder descubrir o apostar por nada nuevo, diferente, de la supremacía de los personajes mediáticos, conocidos, premiados, populares”.
Así que ‘Lecturas sumergidas’ nació con la voluntad de ser lo que el suplemento de libros de un periódico debería ser pero pocas veces es. Articulada en seis secciones, esta revista digital tiene reportajes magníficos sobre Tony Judt, Rafael Chirbes o Clarice Linspector; entrevistas largas y completas a Rodrigo Fresán, Fernando Savater, Alejandro Gándara…; artículos apasionados sobre Pessoa o Marguerite Yourcenar… No siempre está clara la frontera entre las secciones – parece innecesario bautizar como ‘Pasiones’ una sección de esta revista apasionada -, pero el resultado es una publicación de una calidad sobresaliente.
No hay publicidad, ni privada ni institucional, pero no sé si es una elección. Si no lo es, demuestra la ceguera de las instituciones que dicen defender el libro y de las editoriales y librerías, incapaces de descubrir a sus auténticos valedores. Porque ‘Lecturas sumergidas’ ha nacido con el deseo de ser un medio profesional, que permita a sus creadores una vida digna. Se puede colaborar pagando tres euros al mes o treinta al año. Pero como la revista se puede leer gratis la colaboración depende de tu voluntad. Basta leer unas líneas para darse cuenta de que este gran trabajo merece ser pagado, que su valor es muy superior a este precio voluntario.
Pd.: Con esta entrada comienzo una nueva sección dedicada a un puñado de valientes que aman los libros casi por encima de todas las cosas.