El último premio Josep Pla, concedido a Xavier Theros por La Fada negra, es la novela que me ha reconciliado con el género. Hacía tiempo que no encontraba una que me gustara de principio a fin ya que siempre me parecía que todo lo que leía decaía a la mitad. Sin embargo, aquí he estado enganchada a cada página. De hecho, desde que la terminé el mes pasado, le he cogido el gusto a las novelas e incluso he leído otras dos. Si alguien tiene curiosidad por sus títulos, son Oveja Mansa(Connie Willis) y Don de Lenguas (Rosa Ribas, Sabine Hofmann).
La Fada Negra mezcla una historia de asesinatos infantiles en la Barcelona de la primera mitad del siglo XIX, una ciudad de miserias, suciedades ¡y malos olores! De hecho, Theros describe tan bien lo mal que huele la ciudad que hasta el lector puede llegar a notarlo…
El argumento transcurre durante la última de las bullangas (revueltas populares) que sacudieron la ciudad entre 1835 y 1843: la Jamancia. Posiblemente, la más desconocida de todas aun comportar un cruel asedio y bombardeo de la ciudad entre los meses de junio y noviembre de 1843. Mientras la historiografía se empeña en recordar las más de 1000 bombas caídas sobre Barcelona (el 3 de diciembre de 1842) desde el castillo de Montjuïc, por orden del general Espartero y que duró tan solo trece horas, esta se olvida de rememorar el bombardeo continuado durante tres meses desde el citado castillo y la fortaleza de la Ciutadella por parte del gobierno del Estado Liberal y ordenado por el general Joan Prim (el mismo al que luego se erigió un monumento en el parque de la Ciutadella por haber sido el responsable de entregar dicho espacio al ayuntamiento para la construcción de un jardín).
El protagonista de la novela, Llàtzer Llampades, es un antiguo capitán de barco que había sufrido un grave naufragio y quedó atormentado por esa terrible experiencia. Tras su rescate, vuelve a Barcelona y es nombrado capitán de la policía por elección de la Milicia Nacional. Aquí, se desvela como un alcohólico y adicto al opio que acude a fumaderos inmundos, supuestamente ubicados en plena Ciutat Vella. Fumaderos que han sido inventados por su autor ya que no hay documento alguno que acredite su existencia aunque se supone que los había, ya que sí se ha verificado la entrada de grandes cantidades de esta sustancia por el puerto de Barcelona. Según indica Theros, su popularidad radicaría, en parte, en que era más barato que el alcohol y que no dejaba resaca. De hecho, el título de la novela lleva oculto el opio, ya que Fada negra es como se le llamaba en Filipinas, su país de origen.
El asalto frustrado a la Ciutadella es uno de los sucesos relatados en la novela
En esta situación, en calidad de capitán general de la policía de una ciudad todavía oprimida por las murallas y con el proletariado revuelto y descontento con las políticas de Espartero, acaba recibiendo el encargo de investigar la muerte en extrañas circunstancias de un adolescente, hijo de un burgués importante. Un argumento que se irá complicando y que el autor aprovechará para introducir todas sus obsesiones, cosas que le interesan y que conoce gracias a los muchos años que lleva escribiendo sobre la historia de Barcelona, un interés que comparto absolutamente y que he disfrutado al encontrarme con todo esto:- Marionetas- Su inspiración en La Vampira del Raval antes de que existiera Enriqueta Martí - Sociedades secretas (carbonarios)- El teatro anatómico y el Hospital de la Santa Creu con su manicomio y el fosar del corralet- El conde de España, Charles d’Espagnac- Exorcistas y videntes- Las barracas de Montjuïc - Barracas de feria- Túneles secretos que te conducen fuera de las murallas- El Frenólogo Marià Cubí- La casa de la Misercordia, de niños huérfanos- El bar Marsella- Narcís Monturiol
Y muchas cosas más…