Leemos en autobuses, metros, trenes y clubes de lectura

Si hay algo que todos compartimos en este diario es el amor por la lectura. Nos apasiona. Nos enriquece. Nos hace felices. Por eso hoy vamos a hablar de este placer confesable. Primero porque últimamente (tal vez gracias a las ferias de libros que se levantan estos días en varios puntos del país) se habla mucho de que autobuses, metros y trenes de cercanías se han convertido en bibliotecas populares. De camino a casa o al trabajo, resulta difícil echar un vistazo al interior de cualquier transporte y no encontrarse con un buen puñado de usuarios con una novela en la mano, ¡incluso eBooks! Y es que hay trayectos que duran hasta una hora, a veces un poquito más, y sin duda uno de los mejores compañeros es el libro. Además, ¿sabíais que los estudios sobre hábitos de lectura señalan que las mujeres leen más que los hombres? Las estadísticas no mienten y, a riesgo de generalizar, las mujeres menores de sesenta y cinco años y con estudios secundarios o superiores se alzan como las lectoras más habituales.

Si bien los buses y trenes son lugares donde se lee, esta actividad no es para nada social, sino individual. Cada uno con su librito, clásico o novedad, y sin hablar con el de al lado. Con ganas de cambio, las bibliotecas públicas españolas llevan un tiempo dedicando tiempo y esfuerzo a la creación de clubes de lectura. ¿Que qué es esto? En palabras de Blanca Calvo, directora de la BP de Guadalajara, “un club de lectura es un grupo de personas que lee al mismo tiempo un libro.” Aunque la definición va más allá e incluye verbos como compartir, intercambiar y exponer, siempre ideas y opiniones sobre la obra que el grupo se encuentre disfrutando. ¿Y qué hace falta para crear un club así? Libros, lectores que los lean y un coordinador que se encargue de organizar la actividad, moderar las discusiones literarias y animar a que el grupo se desprenda de las vergüenzas para participar con entusiasmo. Existen clubes de lectura de todo tipo, la duración de las sesiones varía según convenga y no sería nada descabellado si os contáramos que en la biblioteca más cercana os espera vuestra primera incursión en esta aventura. ¿Os animáis a hablar sobre libros en buena compañía?