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Leer es cuestión de método

Publicado el 22 diciembre 2011 por Cluisa

Leer es cuestión de método

“Quizá me engañen la vejez y el temor, pero sospecho que la especie humana -la única- está por extinguirse y que la Biblioteca perdurará: iluminada, solitaria, infinita, perfectamente inmóvil, armada de volúmenes preciosos, inútil, incorruptible, secreta”
Jorge Luis Borges / La Biblioteca de Babel
Leer es como casi todo en la vida una elección, no es un hábito costoso, no es una actividad de académicos. Leer es como jugar fútbol, puede hacerlo quien quiera, como todas las actividades lúdicas esta al alcance de todas las manos.
Recientemente celebramos el Día del libro, sin embargo, esa fecha se ha vuelto año tras año,  una actividad rutinaria que se suscribe como el eco de una celebración mundial, más no un  evento que cobre relevancia en la cotidianidad.
Muchos arguyen que para leer tienes que invertir cantidades de dinero o que simplemente el tiempo escasea y no puedes hacerlo. Creo un poco mas lo segundo, el tiempo en la vida moderna se disuelve, y mucho mas cuando eres adulto y debes pagar cuentas. Sin embargo, en la juventud y la niñez se tiene el privilegio de contar con la libertad suficiente como para “ganar” tiempo leyendo libros. Tengo una historia para ustedes, sobre libros, lectores y La Guaira, a ver que les parece…
 Nunca se me dieron bien los deportes, al menos en la niñez, por eso me acostumbré a pasar el tiempo con amigos imaginarios, personajes de los que tenia conocimiento a través de los libros. En el Estado Vargas,  las Bibliotecas publicas ofrecían el servicio de préstamo circulante, al menos la Biblioteca de La Guaira: “José Maria España”, ubicada detrás de la Casa Guipuzcoana. Ya perdí la cuenta de las veces que visite ese inmueble viejo, con pisos de madera y piedra, ya perdí la cuenta de cuantos libros leí gracias a ese sistema que posibilitaba que cualquier persona –incluso niños- se llevaran libros –de cualquier sala- siempre y cuando se comprometiera a entregarlos en el tiempo previsto.
En aquel entonces, existían dos bibliotecas que eran de consulta fija para cualquier estudiante, la mencionada con anterioridad: la José Maria España y la Biblioteca de Macuto, la primera prestaba sus servicios  a la población estudiantil de casi todas las casas de estudios de la zona, los sábados, por ejemplo siempre estaba llena, e incluso había que hacer cola para entrar.
La segunda, la biblioteca de Macuto, servia principalmente a la población estudiantil que vivía desde ese sector hasta Caribe. Recuerdo que ésta, poseía un diccionario de Arte que solo se encontraba allí, unos libros para niños de la colección Torre de Papel y muchas novelas de Tolstói.
Para aquel tiempo, en el Estado Vargas, ambas sucursales se complementaban, si en la Guaira no conseguías el libro que buscabas, seguro lo podías consultar en Macuto y viceversa. En el año 99 todo cambio,  el lodo y la lluvia se llevaron consigo aquella colección de libros de Arte, las novelas de Tolstói  y el resto de obras que formaban parte de la colección de la Biblioteca de Macuto, la de La Guaira quedo golpeada, pero siguió en pie.  Actualmente es el fundamental núcleo de consulta para toda la población estudiantil de la entidad.
No conozco las estadísticas sobre la lectura en Vargas, cuantos lectores fervorosos hacen vida en el Estado. Sin embargo,  sé que,   desde los ocho hasta los 18 años, leí con constancia y ahínco, como Varguense,  sin gastar un solo centavo. ¿Cómo? Con carnet de Biblioteca Pública.
La colección de libros infantiles, de psicología, literatura, ciencias naturales y artes que poseía la biblioteca José Maria España, no tenia en nada que envidiarle a cualquier otro recinto de su estilo. El tiempo ha pasado y muchas circunstancias han cambiado, pero sigue estando allí impertérrita la Biblioteca, ese recinto donde todo se multiplica.  Que cada día sean  más y mejores, comienza por entender su importancia, por despertar la necesidad que tenemos de ellas…
Trabajar con las herramientas que poseemos es fundamental, el único modo de mejorar la calidad de vida es a través del conocimiento, no solamente porque te “gradúes” de una carrera determinada, o porque aprendas un oficio que te otorgue un ingreso económico cada vez mas elevado, si no porque son las ideas (esas que encuentran en los libros) las que te otorgan la capacidad de soñar, de desear, de amar, mucho mas allá de tus predios, mucho mas allá de lo inmediato –y a veces vulgar- de la subsistencia diaria.
El servicio de préstamo Circulante, existe a nivel nacional en todas las Bibliotecas Publicas del país, actualmente –aunque compro muchos libros-  poseo el carnet de la Biblioteca Simón Rodríguez ubicada en el Centro de Caracas.

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