Revista Ciencia
Los que vivimos en la cornisa cantábrica conocemos bien al eucalipto, una especie forestal cuyas plantaciones indiscriminadas han convertido las rasas costeras y las zonas de baja altitud en eriales verdes sin ningún valor ecológico. Hace poco mas de una semana, cuando volvía en avión desde Madrid, la imagen de la rasa costera asturiana era completamente deprimente, nos han robado Asturies y los colores del otoño, nos la han destrozado y la han convertido en un auténtico paraíso eucaliptal.
Aunque algunas asociaciones como el FAPAS, tentados por don dinero, como han hecho desde siempre, se han puesto al lado de las empresas papeleras y se han inventado estúpidas hipótesis sobre las bondades de los eucaliptos, llegando a decir que son buenas para osos y urogallos porque favorecen la polinización al florecer en invierno, lo cierto es que las plantaciones de eucaliptos son una amenaza ecológica de primer orden, que deseca acuíferos, que acidifica el suelo, que favorece los incendios forestales y que reduce la biodiversidad.
Hasta el momento las plantaciones de eucaliptos se limitaban a la franja costera y en general a la franja entre 0 y 500 metros sobre el nivel del mar. Esta limitación geográfica se debía a que la especie empleada en estas plantaciones es el Eucaliptus globulus, una especie que no tolera bien el frío y generalmente muere si la temperatura desciende de -8ºC, soportando difícilmente mas de 8 o 10 días de helada al año.
Pero el género Eucaliptus contiene más de 600 especies y algunas de ellas están adaptadas a climas extremos, tanto calurosos como fríos y la asignatura pendiente de las empresas madereras y papeleras era encontrar la especie adecuada para cada tipo de hábitat y así colonizar toda la superficie posible.
Y la especie que tolera mas de 50 días de helada al año y temperaturas de hasta -15ºC es el Eucaliptus nitens. Hasta hace una semana, las plantaciones de esta especie estaban prohibidas en Asturies debido a su peligrosidad, pero hace un par de días, una propuesta del PP que pedía la legalización de las plantaciones de nitents, fue aprobada con los votos del PSOE. Dos partidos que no son capaces de juntar sus esfuerzos para solucionar el problema del paro o de la especulación bancaria, se unen para aprobar una medida que confirma el desprecio absoluto que tienen ambas formaciones por el medio ambiente.
Con la legalización de las plantaciones de Eucaliptus nitens, los eucaliptos no tendrán limitaciones ecológicas para extenderse por toda nuestra geografía. Dentro de unos años, la imagen de nuestras montañas será la misma que vi el otro día desde el avión, una mancha verde inalterable al paso de las estaciones. Mientras tanto, asociaciones ecologistas impresentables como el FAPAS, políticos corruptos y empresarios sin escrúpulos, se frotarán las manos y se irán de viaje a visitar otros paraísos. El nuestro ya se lo habrán cargado.