Hoy toca cuchara, un plato reconfortante y rico. Estas lentejas con berenjena ahumada son un manjar, te hacen sentirte verdaderamente feliz un día de invierno. Las he acompañado de costrones de pan, recién horneados y con un hilito de miel. El contraste de sabores es delicioso, os lo recomiedo. Ahumar la berenjena no es nada complicado pero si no confiáis en el resultado, id a tiro fijo y hornearlas como bien conocéis, el resultado es igualmente rico.
Ingredientes
- 2 berenjenas
- 250 g de lentejas pardinas
- 1.5 l de agua o de caldo *
- 1/2 cebolla
- 1 puerro
- 2 dientes de ajo
- 2 hojas de laurel
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- Para los costrones de pan: 2 rebanadas de pan de molde gruesas y sin bordes, 1 cucharada de miel
Modo de elaboración
1) Comenzamos preparando las berenjenas. Las colocamos directamente sobre un fogón durante unos 10 minutos, volteándolas, hasta que observemos carbonizada su piel. Lo ideal es quemar las berenjenas directamente sobre el fuego vivo, pero si disponemos sólo de placas de vitrocerámica (hoy en día, lo más habitual en nuestras casas), las colocamos bajo el grill fuerte del horno hasta ennegrecer su piel, unos 30 minutos, y luego les damos la vuelta hasta observar carbonizado el otro lado. Dejamos enfriar las berenjenas, las abrimos por la mitad y sacamos su carne con una cuchara. Reservamos en un cuenco.
Os recuerdo de nuevo que la receta también queda rica con berenjena asada y pelada. Untamos con aceite las berenjenas y hacemos unos pequeños cortes en su piel para que se asen mejor. Tardan uno 40-50 min a 180-200 ºC en horno precalentado. Nada más terminar, envolvemos por separado en papel de periódico y dejamos enfriar. De esta manera conseguimos sacar muy fácilmente su piel.
2) Pelamos y picamos la cebolla y el puerro y los pochamos en una sartén con una cucharada de aceite. Reservamos junto con la berenjena.
3) En una cazuela mediana ponemos el agua y/o el caldo, las lentejas, los dientes de ajo enteros con su piel y las hojas de laurel. Llevamos a ebullición lenta y cocinamos hasta que las lentejas estén tiernas, unos 30 minutos
4) Añadimos a la cazuela la carne de la berenjena, la cebolla y el puerro, revolvemos bien y cocinamos a fuego bajo durante otros 10-15 minutos, para que los sabores se mezclen. Antes de servir rectificamos de sal y retiramos los ajos y el laurel.
5) Mientras se cocinan las lentejas preparamos los costrones de pan. Cortamos el pan en cuadraditos, lo colocamos en una bandeja de horno y lo horneamos hasta tenerlo dorado. Nada más finalizar bañamos con un hilo fino de miel.
Comentario nutricional
Un plato de las olvidadas legumbres que debemos consumir más. Las legumbres son indispensables si queremos llevar una dieta equilibrada. Las recomendaciones nutricionales nos marcan que debemos incluir en nuestra alimentación de 2 a 4 raciones semanales de legumbres, siendo la ración 60-80 g, peso del producto en crudo, y 150-200 g, peso una vez cocinado. No lo hacemos.
Un producto económico, accesible para todos y completísimo. Nos aporta una buena dosis de hidratos de carbono complejos, energía de absorción lenta, junto con el contenido nada despreciable de proteínas vegetales. Una proteína que mezclada con la de los cereales nos permite conseguir una calidad proteica tan buena como las de los alimentos de origen animal: carnes, pescados, huevo, etc.
De las legumbres me gusta destacar su contenido en fibra, el cual ayuda al buen funcionamiento del tracto gastrointestinal, previniendo el estreñimiento, a la vez que colabora con una absorción más lenta de glucosa y con unos menores niveles de colesterol que pasa a la sangre. Incuso si estamos controlando nuestro peso debemos consumirlas semanalmente, ya que otra ventaja es la gran sensación de saciedad que nos aportan. Al contenido rico en fibra de este plato también contribuye la berenjena. Posee mucha agua, lo que la hace muy ligera, y de ella destacamos su riqueza en compuestos fenólicos con capacidad antioxidante. En la berenjena uno de los compuestos fenólicos más abundantes es el ácido clorogénico, actualemente en el punto de mira de muchas investigaciones por sus interesantes propiedades beneficiosas para la salud. Estos ácidos fenólicos de la berenjena son los responsables de su ligero sabor amargo.
Espero haberos dado razones de sobra para consumir más legumbres. Aunque bueno, me quedo tranquila. "Esto son lentejas, si quieres las comes y si no las dejas..." P.D. Otra buena forma de beneficiarse de los compuestos amargos de la berenjena es irse al Líbano y comérsela en crema: "Crema de berenjenas, Mutabal o Baba ganoush. Receta árabe."