Revista Viajes

Lerma

Por Orlando Tunnermann

LERMA(FUNDADA HACE 400 AÑOS).LERMALERMAHan cogido polvo mis maletas después de aquellas travesías peruanas de Julio. Para quietarles la pátina de melancolía me he escapado un día y medio a la localidad de Lerma, en la Comarca de Arlanza. Me adentro en la epiglotis de Lerma atravesando el arco de la cárcel, entrada original de la villa ubicada en la muralla medieval.En la Oficina de Turismo me inscribo a una excursión, guiada por el simpático y dicharachero Claudio, que me permite admirar los puntos álgidos de esta villa barroca, con permiso del duque de Lerma, Francisco de Sandoval y Rojas, valido de Felipe IIIdesde 1598.
DATOS DE INTERÉSEL DUQUE DE LERMA, VALIDO DE FELIPE III, FUE PROCESADO Y DESTERRADO EN 1618 POR EL CONDE DUQUE DE OLIVARES. COMO CARDENAL VIVIRÍA EN VALLADOLID LOS ÚLTIMOS SIETE AÑOS DE SU VIDA. A ÉL DEBEMOS LA FISONOMÍA BARROCA DE LERMA, SUS CASAS NOBLES, ERMITAS, CONVENTOS, UN HOSPITAL…, TODO ELLO ERIGIDO EN EL MARCO TEMPORAL DE 17 AÑOS.
Desde la propia Oficina de Turismo accedemos al alucinante Palacio Ducal, actual Parador Nacional de Turismo, y a la zona de conventos, a los cuales el duque llegaba “guarecido” de miradas curiosas a través de un pasadizo. LERMA
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Era sin duda un ingenioso y taimado sistema para eludir al vulgo y los chismorreos ingratos. A través del pasadizo podía asistir a los oficios religiosos junto a su comparsa sin ser visto ni molestado. El Palacio Ducal, de estilo herreriano, se asoma a los anodinos campos panorámicos de la vega del río Arlanza. Ya en estas calles medievales empedradas es una delicia explorar sus vericuetos y cuando los pies lo decidan, penetrar en el sagrado refugio de La Colegiata de San Pedro y San Juan Bautista.LERMASencilla y austera su portada herreriana, guarda en su interior un portentoso altar barroco de estilo churrigueresco.
LERMA
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Columnas salomónicas, lapislázuli y mármol en los ornatos que me hacen considerar la pequeñez de mi ser humano frente a estas maravillas estéticas. El duque de Lerma erige este templo con denuedo ímprobo, coadyuvado (ayudado, apoyado) por Felipe III, la bendición del Papa Clemente VIII entre 1613-17 y las manos artesanales de Fray Alberto de la Madre de Dios. Son una maravilla los órganos de Diego Quijano, construidos en madera de pino entre 1615-16, así como la estatua de bronce del arzobispo de Sevilla, tío del Duque de Lerma, Cristóbal de Rojas y Sandoval, construida en 1603 por Juan de Arfe y Lesmes Foez del Moral. Desde las bancadas hieráticas (calladas, serias) no puedes verla, como si adrede buscase refugio junto a un magnífico retablo. Mis manos, que son juguetonas y curiosas, lo quieren tocar todo, sienten la tentación de acariciar los pliegues de su vestimenta, rugosos, crispados, como si el viento o el oleaje de un mar “gallego” los alterase en una tarde procelosa (tempestuosa) de invierno. LERMAComo si de una maldición faraónica se tratase, algunos de los operarios que trabajaron en su construcción perecieron. Nada espectral ni maléfico destila la estatua de bronce, pese a que inicialmente fuese concebida o ideada para cumplir funciones funerarias. Fue el mercurio, que también se utilizó en su elaboración, lo que acabó con sus vidas. Poco queda de esa impresión primigenia que yo calificaba de austera y anodina en la portada. Es el turno del fascinante y elegante coro de Juan Gómez de Mora y Pedro de Archerestrua. Mis pies me llevan ahora hasta la magnífica mesa taraceada que ocupa la sacristía, como si le perteneciera y quisiera subyugarla. Son fascinantes sus piedras incrustadas con lapislázuli, jaspe, ágata. Se trata de un diseño italiano trabajado con la técnica denominada “Comesso”, básicamente un dibujo o patrón con teselas, esas piedras de colores que forman escenas romanas en los mosaicos, dispuestas sobre una pieza de mármol. La sacristía en sí misma es casi tediosa, acogotada por la suntuaria (lujosa) mesa.LERMA
 Sigue la misma estética adusta exterior la iglesia de la Ascensión del Señor. Muy recoleta y pequeña, alberga un retablo magnífico en su interior decorado en madera policromada con cuádruple columnata y cuadros de Carducho. Prosigo fascinado observando en detalle el precioso relicario y una singular virgen, acostada en una cama barroca dorada tras una celosía de reja. De algún modo he llegado hasta la Plaza Mayor, cuya parte norte constituyese el pasadizo del Palacio Ducal que, subrepticiamente, conducía a la Colegiata.
Me siento espiritual y divino. Será por ello que me detengo en el convento de Clarisas Hermanas Jesu Communio. Llamo al timbre y al rato aparece una monja de clausura en la puerta de enfrente. Esta es una parada “técnica” de abastecimiento para comprar dulces artesanales que producen las religiosas. La oferta ante mis ojos concita los estímulos necesarios para que comience a salivar de pura gula edulcorada: bombones, pastelitos, brownies, dulces de membrillo, almendras de Pascua, pastas de té, rodajas de naranja confitada… Me quedo con el dato imprescindible de que además, todos estos productos se pueden adquirir vía internet. LERMA
 Me atendieron las monjas con amabilidad y una sonrisa radiante que me alegró el resto del día. Aquí, en la Plaza de Santa Clara yacen los restos del héroe Jerónimo Merino, “El cura Merino”. Fue un guerrillero afamado, intrépido y osado en la Guerra de la Independencia, esto que les entusiasma tanto a algunos catalanes, cuando en aquellos días aciagos las tropas francesas irrumpieran en la villa de Lerma para robarles toda suerte de víveres, alimentos, suministros…
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LERMAUna repentina desconexión sacra me lleva a distender en la Plaza del Mercado, a la que arribo casi sin pretenderlo siguiendo la Calle Chica y la Plaza Mayor. Pero aquí en Lerma, si quieres calarte de iglesias lo tienes fácil. Otro convento: el de San Blas (1613-17). Me gusta la fachada, blasonada sobre la piedra clara. En su diseño vuelvo a reencontrarme con Fray Alberto de la Madre de Dios y Francisco de Mora. De la misma época es el monasterio de Santo Domingo, sencillo pero bonito y también blasonado, como por arrebato de envidia. Si no has tenido suficiente puedes dilatar la experiencia místico-sagrada en el monasterio de la Madre de Dios, que es sencillo y austero y sigue la estética blasonada ya comentada antes.
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