En el año 90 surgió el concepto, promovido por Sean Carton de egosurfing o vanity searching que consiste en buscarse a uno mismo en internet. En 1995 fue recogido por la revista Wired que definía por primera vez egosurfing como la búsqueda de Internet, en bases de datos, en medios escritos y en otros documentos menciones de nuestro propio nombre y fue añadido al Diccionario de Inglés Oxford en 2011.
La manera más sencilla de realizar egosurfing es googleizarnos, es decir, buscar nuestro nombre y apellidos en el buscador Google. Incluso hay quien crea alertas en Google y Yahoo. Muchos no lo creen pero es casi imposible que el nombre una persona no aparezca entre los millones de documentos visitados por Google. Los jóvenes hacen y escriben muchas “burradas”; antes de la era digital quedaban circunscritas al círculo más próximo. En cambio, ahora, queda permanentemente archivado en esa “nube” por los siglos de los siglos. Amén.
Como, además, la información personal y la virtual cada vez están más unidas es muy importante separar la vida personal de la profesional. Muchas empresas utilizan las redes sociales para recabar algo más de información a cerca del personal contratado y que van a contratar. De cara al futuro profesional de su hijo, enséñenle a mantener tan alta su reputación digital como la personal. Para eso, les sugiero un nuevo concepto “parentsurfing”, buscar el nombre de su hijo en los buscadores para saber por “dónde anda”.