Revista Opinión

¿Les veremos en Nueva York?

Publicado el 11 septiembre 2014 por Liberal

En su discurso al pueblo americano esta pasada noche del miércoles (escribo esto a las 0.12 minutos horario local de Nueva York), el Presidente Obama declaró que “destruirá por completo” el Estado islámico en Irak y Siria. El objetivo es sólido y me gustó mucho oír a un Comandante en jefe hablar del “principio fundamental” de su presidencia de esta manera: “Si amenazas a los Estados Unidos de América, no podrás encontrar refugio en ninguna parte”. Me gusta, porque en Europa hace tiempo que no tenemos líderes soberanos y siempre viene bien escuchar a un hombre que sabes que, al menos en estas cuestiones de guerra, sí está en control de su país y de su gobierno, con las ideas claras. Obama sonaba como un George Bush de piel negra.

Ya sé que los críticos, de izquierdas y de derechas (especialmente la derecha libertariana indeseable y anárquica) encontrará partes del texto que no le gusta, para aprovecharse y denunciar como puedan al presidente “totalitario”. Los izquierdistas dirán que Obama está “vendido a la mili imperialista” y la derechona dirá que es un “peligroso socialista totalitario que amplía los poderes del estado”. Pero yo ante ese tipo de gente tan sectaria empleo una de las frases que tanto le gustaba a la izquierda radical chavista cuando se trataba de insultar a la derecha: “al carajo con ustedes”. Y yo les mando al carajo también – mando al carajo, mando a la mierda, tanto a la izquierda radical dogmática como a la derecha dogmática libertariana y fascistoide. Al carajo con vosotros.

Para mí, sin embargo, el reto para Obama no será eso de las moscas cojoneras que arman broncas verbales cada vez que hay que actuar. Para mí el reto principal de Obama es él mismo. En particular, por las cosas contradictorias que ha dicho sobre la lucha contra el terrorismo.

Es “ISIS”, por ejemplo, “la amenaza creciente” de la que habló esta noche o es esa pandilla de “novatos” como dijo tan solo hace un par de meses? ¿Son los rebeldes sirios los aliados, esos mismos rebeldes sirios que hace poco les llamó “granjeros y doctores” sencillamente?

¿Y qué pasa si su objetivo de eliminar a ISIS (que comparto) entra en conflicto con su pormesa de no mandar tropas americanas?

Las contradicciones tienen sus consecuencias. Por eso todas las encuestas indican un número cada vez más elevado de estadounidenses diciendo que hoy se sienten menos seguros que antes del 2001.

Por eso un presidente que se compromete con forjar una fuerte coalición internacional, a pesar de alienar aliados claves como Israel o Reino Unido, tiene el apoyo de tan solo nueve naciones en esta contienda, una fracción del apoyo internacional con el que contó Bush.

Hoy, 11 de septiembre, un día después de quizás el discurso más importante de toda su presidencia, la cuestión fundamental queda sin respuesta: ¿Tiene Barack Obama el coraje necesario para ejecutar su estrategia? ¿Podremos esperar oír un buen “MISIÓN CUMPLIDA”? Tengo serias dudas, dado el historial inconsistente de Barack Obama.

Y ahora, toco el tema del 11 de septiembre.

Hoy se cumplen 13 años de aquél fatídico día en Nueva York. Un día que tuve la desgracia (pero también la suerte de vivir estudiando en Nueva York, porque aprendí muchas cosas sobre la naturaleza del enemigo de las libertades).

Hoy, hace 13 años, era un día fresco de otoño en la ciudad de Nueva York. Me encontraba en una clase de sociología: “Evaluation of Evidence.” Cerca de las 9.30 de la mañana, me encontraba yo, como ya era habitual, discutiendo con un alumno de izquierda extrema, cuando de repente nos entra, a clase, un mensajero y dice que “hay guerra en Nueva York.” Tonto de nosotros, le ignoramos, pensando que era una broma o que el chico estaba colocado: pinta de eso tenía. A las 9:45, entró otro estudiante, nos dice: “Salid ya, estamos bajo un ataque terrorista.” Ví un tumulto en los corredores de la facultad y todos salimos despavoridos. Mi universidad queda a unos 30 minutos en metro de la zona cero, lugar de los ataques. Cuando salí a la calle, veo un gran número de personas con aspecto de pánico, algunos corriendo, otros llorando, y otros sin saber qué decir. A estas alturas, yo todavía no sabía qué es lo que pasaba. Decidí entrar a una pizzeria para ver la tele. ¡Imagínense mi sorpresa cuando veo que las torres gemelas ardían, y cuando fui testigo del segundo avión cuando se estrella contra la segunda torre! No os voy a mentir señores lectores: todos los que me conocen saben que tengo la sangre bien fría y sería mentira decir que yo haya expresado alguna emoción más allá de sorpresa y estupefacción por lo ocurrido. Lo que pasa es que, daba la casualidad que un año antes, servidor trabajaba a tiempo parcial en la zona de las torres gemelas, en un despacho de abogados, como pasante para aprender el sistema americano. De haber yo trabajado ahí un año después, seguramente no estaría aquí para contar todo esto. Curiosamente, un año antes, muchos malos pensamientos se me pasaban por la cabeza debido a que siempre estoy pensando en temas de seguridad, inmigración, multiculturalismo, etc. Cada vez que me bajaba en Chambers Square (World Trade Center), siempre pensaba en solitario y me decía: de haber un atentado terrorista, éste sería el sitio ideal debido a tanta afluencia de personas, una aglomeración bestial en las horas puntas de la jornada matutina nuyorquina. Me llamaba mucho la atención la falta de seguridad, la eterna “inocencia” y “confianza” del pueblo americano en un mundo tan terrible como el que tenemos.

Cuando el peligrosísimo terrorista musulmán Abu Bakr al-Baghdadi salió de un centro de detención en Irak, le dijo a los americanos “os veré en Nueva York”. Hoy, ese pedazo de basura indeseable lidera el Estado islámico, un califato (auto-declarado por ellos) cuyo territorio engloba partes de Irak y Siria. Es un estado terrorista en estos momentos.

Hoy es el terrible aniversario del 11 de septiembre en Nueva York. Hoy es el día, hace 13 años, cuando secuestradores terroristas de Arabia Saudita convirtieron al “downtown” de Manhattan en campo de batalla sangriento. Obama había dicho que la marea de la guerra se alejaba. No es cierto.

Las cosas no estaban supuestas a ser tan difíciles para Obama. Obama candidato aseguró al mundo que tan solo con elegirle a él, el “pensar” cambiaría, el mundo musulmán cambiaría su actitud con respecto a Occidente y en particular, hacia los EEUU.

En uno de sus discursos conmemorando el 11 de septiembre, el Presidente Bush anticipó el peligro de esa forma de pensar: “Cualquiera que sean los errores que hemos cometido en Irak, el peor error sería pensar que si nosotros sacamos las tropas, los terroristas nos dejarían en paz”.

Ahora ya vemos los terribles resultados en todo Próximo Oriente – los terribles actos y crímenes contra dos ciudadanos estadounidenses decapitados por yihadistas islámicos que hace unos meses Obama consideraba “novatos”.

Ahora, pocos meses después, sale en la televisión internacional para decirnos que este equipo de novatos, de colegio secundario, se ha convertido en una amenaza tan grande que ahora el Tío Sam necesita intervenir.

Le deseo todo el éxito en esto. Soy aliado de los Estados Unidos. Siempre seré aliado y amigo de los Estados Unidos, a pesar de sus muchos fallos. Pero desafortunadamente, este presidente ha pronunciado muchos discursos bonitos que se han quedado en eso, en discurso sin acción (como ya pasó VERGONZOSAMENTE con Siria el año pasado).

Los republicanos y demócratas están diciendo que ISIS es hoy una amenaza mayor hoy que Al Qaeda antes del 11 de septiembre. Esperemos que no lleguen a Nueva York para comprobarlo.


¿Les veremos en Nueva York?

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