Revista En Femenino

Lesbianas y maternidad

Por Tenemostetas
Por Ileana Medina Hernández
Lesbianas y maternidad
Las lesbianas españolas están en acción.
En algunas comunidades españolas, la Sanidad Pública está negando a las parejas lesbianas los servicios de reproducción asistida que sí cubre para las parejas heterosexuales.
La ministra Pajín ha apoyado al Consejero de Sanidad asturiano, que ha alegado "motivos clínicos" para denegar a las parejas lesbianas esta ayuda que les permita realizar a través de la Seguridad Social un tratamiento que en las clínicas privadas cuesta algunos miles de euros.
El argumento que han utilizado, de dudoso rigor científico y jurídico, es que supuestamente el reglamento de reproducción asistida exige que uno de los dos miembros de la pareja sea estéril. Pero, en la práctica, muchísimas parejas heterosexuales reciben tratamiento aún cuando la causa no ha podido ser diagnosticada: es lo que se conoce como "infertilidad de origen desconocido" o "esterilidad conyugal". De hecho, hay consenso científico en que la infertilidad no es un problema individual, sino un problema de pareja.  Algo que estrictamente aplicaría para las parejas lesbianas.
«Han llegado a decir auténticas barbaridades, que si fueran tomadas en serio, podrían poner en cuestionamiento la cobertura sanitaria en sí de cualquier problema reproductivo, como que “ser madre no es un problema médico que tengan que pagar los impuestos de los españoles”» razonan las impulsoras de la iniciativa Lesbianas en Acción (LEA), en este resumen donde recogen las distintas noticias que se han generado recientemente, a raíz de los casos de Silvia y Andrea, que han denunciado la actuación de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Asturias.
Sin embargo, en realidad, parece que la ley española es de las más abiertas con respecto a la posibilidad de que las lesbianas o mujeres solas puedan recibir estos tratamientos, tal como leo aquí:
«La ley española no dice nada sobre el estado civil ó la orientación sexual de la receptora. "Toda mujer podrá ser receptora ó usuaria de las técnicas reguladas en la presente ley, siempre que haya prestado su consentimiento a la utilización de aquellas. La mujer podrá ser usuaria o receptora de las técnicas reguladas en esta Ley con independencia de su estado civil y orientación sexual. " [art. 6.1 de la Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobre técnicas de reproducción humana asistida] Según el catedrático Marcelo Palacios, uno de sus coautores y Presidente de la Sociedad Internacional de Bioética, la ley española es una de las más avanzadas de los países occidentales.
Según expertos consultados por el periódico "EL MUNDO", cerca de 120 centros españoles practican estas técnicas y, en ellos cerca del 80% de las mujeres que se inseminan con semen de donante anónimo, son lesbianas. Según fuentes de la Sociedad Española de Fertilidad, se calcula que cerca de 500 mujeres reciben anualmente con éxito estos tratamientos en España.
En el resto de Europa, en cambio, pocos países permiten la inseminación en la sanidad pública a mujeres solteras (que es la denominación bajo la que pueden presentarse las lesbianas). Sin embargo, esta postura encierra una enorme hipocresía, porque ciertas clínicas privadas, previo pago de una buena suma de dinero, realizan estas intervenciones; y otras muchas, dirigidas por organizaciones feministas y por consideraciones ideológicas, han advertido que no tienen intención de preguntar a las mujeres por su vida privada.»
Las activistas de LAE afirman sentirse defraudadas por ministras como Bibiana Aído o Leire Pajín, que en otras ocasiones apoyaron a las mujeres lesbianas, o les dieron motivos para la esperanza. Según ellas, las lesbianas siguen siendo "esas primas cuya ayuda es vital pero que incomodan y que nunca terminan saliendo en la foto familiar como tales".
Pero, queridas amigas, me atrevería a afirmar que en esta ocasión hay algo que les molesta a "las políticas y a los políticos" más que la homosexualidad (sí, todavía puede haber algo que les moleste más). Y son LOS DERECHOS REPRODUCTIVOS. No los derechos reproductivos de las lesbianas, sino los de cualquiera (imaginaros entonces los de las lesbianas, ya serían el colmo).
Me parece, hermanas, que es de REPRODUCCIÓN (ni asistida ni natural) de lo que estos señores y señoras no quieren oír hablar. La reproducción no cabe en un mundo donde lo único importante es trabajar, competir, ganar dinero y, sobre todo, dar a ganarlo a otros. El que quiera reproducción, que mande a buscar un hijo a los Estados Unidos, oye. Que se reproduzcan los ricos y que los niños los críen las chachas, faltaría más. ¿Cómo va a querer reproducirse esta gentuza, y que encima les paguemos la fecundación, el parto y la baja maternal?
De hecho hay un pequeño detalle: ninguna de esas ministras que mencionáis ha sido madre. Es el precio que tenemos que pagar las mujeres para poder llegar a tan altos cargos. Otras políticas que lo han sido (algunas en solitario y algunas también por reproducción asistida) han tenido que dejar a sus hijos a los tres días de nacer, y traspasarle la ya de por sí misérrima baja maternal al padre (ejem, ejem... o a las niñeras), para poder seguir mereciendo el cargo, y para dar ejemplo de "igualdad".
La "igualdad" se entiende útil para que todas nos incorporemos a trabajar de sol a sol a un mundo laboral masculino y explotador construido totalmente de espaldas a la crianza o a la vida familiar, pero sin tocar para nada el SAGRADO MANDAMIENTO DE LA PRODUCTIVIDAD (o peor aún, el del "presencialismo").
Para más inri, otro ministrucho ha delirado recientemente, y aprovechando que el Día del Trabajo coincidía con el Día de la Madre, ha dejado bien clara su elección,  reconociendo que para él la utopía social, la que resolvería la crisis y todos los males, es "que todos los niños sean escolarizados inmediatamente tras el nacimiento".
Qué vergüenza de políticos tenemos. Cuando se trata de maternidad, todos los políticos están en la ultraderecha (o en la ultraizquierda, que ya me pierdo). El "vacío de la maternidad" sigue siendo incluso reforzado por ese feminismo de la igualdad que triunfa en las instituciones precisamente porque es funcional al patriarcado, y sobre todo, porque es funcional a la dominación y al capital (que es todo lo mismo).
La noción equivocada sobre la salud primal de los seres humanos que tenemos en las sociedades actuales, puede llevar a la paradoja de que primero se generalice algo sí  potencialmente peligroso desde el punto de vista bioético como son los vientres de alquiler, antes que normalizar la maternidad lesbiana, que desde el punto de vista biológico no afecta en nada a la criatura humana. (De hecho, por rizar el rizo,  hasta hay estudios que indican que los hijos de madres lesbianas se crían mejor).
No señoras, ser y ejercer de madre no es un derecho en esta sociedad, y no vamos a daros ni un dedito así. No vaya a ser que le cojáis el gusto a esto de reproduciros con placer y en libertad, y empecéis por pedir el derecho a ser fecundadas, y terminéis por pedir una baja maternal remunerada de 6 meses, o de un año como tienen las nórdicas. Y eso, queridísimas mujeres de la clase trabajadora, no os lo vamos a permitir.

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