Revista Conciertos

Letras Traducidas 44 – “A FEW OLD MEMORIES”. Hazel Dickens.

Publicado el 08 marzo 2011 por Alejandro Caja

Letras Traducidas 44 – “A FEW OLD MEMORIES”. Hazel Dickens.Este post al completo –selección del clip, texto y traducción– es una colaboración para Caja de Música Blog & Roll del escritor Juan Pablo Caja. ¡Muchas gracias, Juan, por esta excelente entrada! Yo debo ser gilipollas: ayer pagué dieciocho euros por un cd. Sí, aún soy de los que compran discos, aunque debo reconocer que a estas alturas me cuesta pagar mucho más de diez euros por un formato ya caducado y que muchas veces viene pobremente editado, sin un miserable cuadernillo con las letras. Pero es que me pareció casi una heroicidad que hoy en día una tienda tenga en stock discos como el “By the Sweat of My Brow” de Hazel Dickens, y, aparte de que no pude quedarme con las ganas, eso hay que premiarlo. Así que, sarna con gusto no pica, pagué esos dieciocho del ala casi con alegría. Alegría que aumentó al poner el disco en el reproductor. Y que, sorprendentemente, no disminuyó al inspeccionar el paupérrimo cuadernillo (sin letras, claro), que acompaña al cd, ya que contiene un valioso texto (ah, esa culturilla de las carpetas de los discos…) que resume en pocas líneas todo lo que uno querría leer en un artículo como el que estoy escribiendo (para datos biográficos y similares, allmusic.com), así que dejo la palabrería innecesaria y traduzco:

“La destilación de canciones y narraciones a partir de la tristeza ha sido la principal contribución artística de West Virginia al mundo. Este aserto no pretende minimizar la variedad de personalidades ni la diversidad de espíritu entre quienes nacimos y crecimos en ese Estado tantas veces vilipendiado. No es que hayamos cultivado voluntariamente la relación con el lado más doloroso de la vida, es simplemente que en nuestro aislamiento geográfico hemos tenido que afrontar la vida solos y sin la clase de apoyo institucional al que la gente de culturas más organizadas está acostumbrada. Y hemos aprendido que en un enfrentamiento “yo contra el mundo”, generalmente el “yo” pierde. Así, aunque podemos cantar a la alegría y a la esperanza, tendemos a hacerlo con los dedos cruzados.

Aunque dejó West Virginia hace mucho, Hazel Dickens todavía da voz a los agravios y los temores de la región, tanto si defiende la justicia social, como si reprende a un amante egoísta o recuerda cómo se retuerce el alma cuando un joven finalmente decide abandonar hogar y familia. Sus canciones son libros de texto sobre cómo sobrevivir a la tristeza aceptando su inevitabilidad. Es más, no son nunca cínicas ni autocompasivas; y, como un ensayo bien fundamentado, resisten la inspección más meticulosa.

Las canciones que ha seleccionado y escrito para este disco (seis son composiciones propias) poseen la fachada sonora de la música country y bluegrass, pero van mucho más allá de los temas triviales y transitorios que han ablandado estos géneros otrora espléndidamente directos.

Es la voz de Dickens, admirable independientemente del tema y de su carácter lírico, extraordinariamente elemental, parece hecha de estratos de suspiros, quejidos y algún que otro pequeño grito de alegría. Atreviéndose a sonar sincera en lugar de ingeniosa y superficial, se gana un lugar en la tradición, al lado de emotivas cantantes country como Molly O’Day, Martha Carson y Kitty Wells.

Nada ilumina las canciones de esta colección tanto como escuchar, simplemente, cómo cobran vida a través de las interpretaciones de Dickens. Comentando una de sus mejores composiciones “Only the lonely”, Dickens dice: “estoy convencida de que hay personas mucho más solitarias que los demás”. Tiene razón, claro. Y en su persecución artística de esta noción de la soledad, canta no solamente de y para la tristeza de su propia gente, sino para consolidar un amoroso parentesco con los más solitarios de entre todos nosotros.”

(Edward Morris, Billboard Magazine)

Por la austeridad y sencillez de su canto, por el espíritu combativo de muchas de sus letras, Hazel Dickens es considerada un precedente de Gillian Welch, artista muy querida en este blog. No soy un experto en su discografía (se admiten sugerencias, claro, para eso están los comentarios del blog), pero me atrevo a recomendar efusivamente dos de sus discos: el ya mencionado “By the Sweat of My Brow” y “It’s hard to tell the singer from the song”. Se trata de dos discos ya tardíos, de los años ochenta, con buen sonido y producción impecable; en ellos un excelente plantel de músicos de bluegrass (alguno de ellos auténtica leyenda del género, como Jerry Douglas, al dobro), siempre con formaciones acústicas, clásicas (guitarra acústica, banjo, fiddle, dobro, mandolina, coros…), arropa la voz de Hazel, ya madura. “Genuine Appalachian singing”, directamente desde las minas de carbón y los montes de Virginia Occidental.

Finalmente, un clip de Youtube hecho por algún admirador con una toma de sonido desde un disco de vinilo, con esos siempre evocadores “hiss and pops” y la traducción de la letra: “A few Old Memories”. Pero antes, unos versos de la canción que da nombre al disco “It’s hard to tell the singer from the song”, que recuerdan a la canción de Eilen Jewell que ya tradujimos aquí. Es, poco más o menos, esa misma clase de tristeza:

“She’s not an angel, so don’t look for her wings
She’s a hurtin woman who lives the song she sings
She learned them all the hard way on the streets all alone
That’s why it’s hard to tell the singer from the song”

Ella no es un ángel, así que no busques sus alas
Es una mujer herida que vive la canción que canta
Aprendió lo que sabe por la vía más dura, sola, en las calles,
por eso es tan difícil distinguir entre la cantante y la canción

(de “It’s hard to tell the singer from the song”)

 

A FEW OLD MEMORIES

Just a few old memories
Slipped in through my door
Though I thought I had closed it
So tightly before
I can’t understand it
Why it should bother my mind
For it all belongs to another place and time

Just a few old keep-sakes
Way back on the shelf
No, they don’t mean nothin’
Well I’m surprised they’re still left
Just a few old love letters
With the edges all brown
And an old faded picture
I keep turned upside-down

Just a few old memories
Going way back in time
Well I can hardly remember
I don’t know why I’m cryin’
I can’t understand it
Well I’m surprised myself
First thing tomorrow morning
I’ll clean off that shelf

Just a few old keep-sakes
Way back on the shelf
No, they don’t mean nothin’
Well I’m surprised that they’re left
Just a few old love letters
With their edges all brown
And an old faded picture
I keep turned upside-down

UNOS VIEJOS RECUERDOS

Unos viejos recuerdos
se me colaron por la puerta
aunque pensaba que la había dejado
completamente cerrada
¿Por qué debería mi ánimo alterarse?
todo eso pertenece a otro lugar y a otro tiempo.

Unos viejos recuerdos
de vuelta sobre el anaquel.
No, no significan nada;
Es más, me sorprende que sigan ahí:
Unas viejas cartas de amor
con las esquinas amarillentas
y una vieja foto descolorida
que tengo siempre boca abajo.

Un puñado de viejos recuerdos
viajando hacia atrás en el tiempo;
si apenas puedo acordarme
no sé por qué estoy llorando.
No puedo entenderlo,
me sorprendo a mí misma.
Lo primero que haré mañana por la mañana
será limpiar ese estante.

Unos viejos recuerdos
de vuelta sobre el anaquel.
No, no significan nada;
Es más, me sorprende que sigan ahí:
Unas viejas cartas de amor
con las esquinas amarillentas
y una vieja foto descolorida
que tengo siempre boca abajo.

 

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