Revista Cultura y Ocio

Leviatán, de Paul Auster

Publicado el 22 diciembre 2010 por Goizeder Lamariano Martín

Leviatán, de Paul Auster

Título: Leviatán

Autor: Paul Auster

Editorial: Anagrama

Año de publicación: 1992

Páginas: 269

ISBN: 9788433966452

Leviatán es ya el décimo libro que leo de Paul Auster desde que descubrí a este magnífico autor hace justo un año, a finales de 2009. Este libro es de los que más me ha gustado, pero también de los que más me ha desconcertado. Es una novela muy pero que muy austeriana. No sé definirla de otra forma. Los que conocéis a este escritor sabréis a qué me refiero.

A lo largo de sus 269 páginas conocemos el presente y, sobre todo, el pasado de Benjamin Sachs, un escritor idealista, que nunca ha renunciado a sus sueños, a su ideología y a sus principios. Poco a poco conocemos también a la persona que escribe la historia. Peter Aaron, también escritor y amigo de Sachs desde hace mucho tiempo. Más que amigos son como hermanos. Y, lo más importante, conocemos los motivos que le llevan a contar esa historia. Sachs llevaba desaparecido cuatro años, desde 1986. Pero ahora está muerto. En 1990 voló por los aires en mil pedazos cuando le estalló una bomba en una carretera perdida de Wisconsin. Todos y muy especialmente el FBI necesitan conocer la verdad. Por eso Peter quiere descubrirla y contarla.

Pero para descubrirla tendrá que tejer una red en la que tanto él mismo como los lectores quedarán atrapados, desconcertados, desorientados pero, sobre todo, fascinados. Una red en la que no están únicamente Peter y Sachs. También se encuentran atrapadas en ella Fanny, la primera mujer de Ben y el verdadero amor imposible de Peter y Delia, la primera mujer de Peter. O Maria Turner, el amor imposible de Ben que acabará convirtiéndose durante una época muy especial en su mejor y única amiga y, lo más importante, en su confidente después de que Sachs estuviese a punto de morir. Lillian Stern, la segunda mujer de Ben y la mejor amiga de Maria Turner desde que iban al instituto. O Iris, la segunda mujer de Peter.

Aunque visto así puede parecer un lío, una maraña incomprensible de personajes, Paul Auster logra unirlos, relacionarlos y conectarlos a todos por un hilo invisible lleno de casualidades, de coincidencias, de giros inesperados del destino y de historias del pasado que nunca se olvidan y siempre vuelven al presente, al día a día como un fantasma del que es imposible huir por mucho que se corra, que se intente escapar o incluso desaparecer.

Leviatán nos cuenta la historia de Benjamin Sachs, un hombre que vive atrapado y paralizado por la rutina, un hombre que se deja llevar porque no logra encontrar el sentido de su vida, el verdadero objetivo que le dé fuerzas para luchar cada día. Finalmente, y gracias a una trama trepidante, sorprendente e incluso me atrevería a decir que inverosímil y alocada, Sachs cree que por fin ha encontrado su razón de vivir. Ayudar económica y sentimentalmente a Lillian Stern para compensarle por lo que le hizo a Reed Dimaggio.

Pero, por desgracia, los acontecimientos acaban convenciendo a Sachs de que estaba equivocado. Hasta que un libro escrito por el propio Dimaggio le abre los ojos y le hace encontrar, ahora sí, el sentido de la vida. Abrirle los ojos a todo el mundo o, al menos, a todos los Estados Unidos. Aunque para ello tenga que vivir como si se lo hubiera tragado la tierra, huyendo de la justicia y en el más completo anonimato. Es un delincuente, un fugitivo, pero eso ya no importa.

Porque lo único que importa es el compromiso político de Ben, la realidad. Ya no cuentan la ficción y la literatura a las que ha consagrado tantos años de su vida. Eso es el pasado y lo que importa es el presente, el ahora. Pase lo que pase y cueste lo que cueste. Sin embargo, para Peter la literatura sigue siendo muy importante y por eso decide escribir un libro en el que cuenta la vida de su amigo.

O al menos lo intenta. Porque por el camino Peter comprende que lo que está haciendo realmente no es más que intentar montar un puzzle que tiene demasiadas piezas, demasiadas versiones, demasiadas historias y demasiadas mentiras y verdades a medias. Cada persona tiene unos recuerdos, un punto de vista, una opinión. Cada uno ve y entiende la vida según su propio guión y crea su propia película.

Y esto es precisamente lo mejor de esta intensa e impactante novela. Porque Leviatán nos habla sobre todo de los sueños, los ideales y los objetivos que perseguimos. De las motivaciones que tenemos. De por qué las tenemos. De quiénes forman parte de nuestras vidas. De lo que sabemos de esas personas con las que convivimos día a día. Y, sobre todo, de lo que no sabemos. De lo que nos ocultan. De lo que nosotros no queremos ver ni creer. De las coincidencias y las casualidades. De las vueltas que da la vida y de lo que somos capaces de hacer los seres humanos cuando estamos desesperados. De lo mejor y lo peor que hacemos con tal de descubrir la verdad. La que queremos ver, oír y creer. La que queremos contar y que nos cuenten. La que nos gusta. Nuestra verdad.


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