9 de noviembre, en uno de esos lunes que por obra y gracia de una entidad divina, se convierten en domingo, uno de esos días extraños en los que es fiesta en la capital pero no en los pueblos de los alrededores y la gente está participando en anacrónicas misas multitudinarias (los menos) de vuelta del puente (algunos) o aprovechando para ir al Ikea, Decathlon, Xanadú y similares como si les fuese la vida en ello (los más), yo me fui a ver a Lewin al Barcelona 8, que es una actividad mucho más interesante que pasar horas en interminables atascos de entrada a los centros comerciales, poseídos ya por el espíritu de la eterna Navidad (Aggg).
Siento debilidad por los conciertos de Lewin, me encantan, no puedo negarlo, creo que todo el mundo debería ir a uno alguna vez en su vida, sobre todo cuando toca con su BANDA, su "magnífica banda", quería decir, que ya es siempre, porque Lewin ya no es cantautor, eso quedó atrás, ahora es una estrella pop que hace sus propias canciones, por eso nunca prescinde de algunos de sus compañeros de escenario, esta vez Alejandro Martínez, Chiloé y Marino Sáiz, aunque toque en una sala pequeña como el Barcelona 8. Eso le engrandece porque, no nos engañemos, tocar acompañado en una sala pequeña es mucho menos rentable que hacerlo solo. Por eso yo le agradezco mucho que nos deje disfrutar del gozo de ver a tan buenos músicos sin la distancia de salas de mayor aforo.
Lewin cantó y nos hizo cantar y hasta bailar muchos de sus "greatest hits" y algunas de las exquisitas novedades que ya empiezan a ser clásicos como "Halley 2061" o "Puter" en un concierto que fue divertidísimo, de los mejores que he visto últimamente. Habló el gato, saltó el perro del sofá, pasó el Halley, hubo manifestaciones, rehenes, finales que no son finales, bolas de pop, manuales inexistentes, héroes... El "the end", glorioso, como acostumbra, con una "Manifestación contra mi depresión" siempre sorprendente, ayer tan bailable que era difícil mantenerse quieto. Como colofón, diré, refiriéndome a todo lo acontecido anoche "I can´t believe it" (léase con voz algo histriónica, que estoy imitando a Lewin)
Hacedme caso, escuchadle, es de lo mejorcito del panorama musical, os dejo con un vídeo para que lo comprobéis y, si os gusta, pasad por andreslewin.com