Ley antitabaco, el timón y el bauprés de los políticos

Vaya de antemano que estoy a favor de prohibir el uso, y abuso, del cigarrillo y el puro en lugares públicos. Fundamentalmente porque el derecho a aire limpio, sin demagogias del humo de los coches y otras zarandajas, la tenemos todos, incluidos los fumadores.Sin embargo esta ley de prohibición que entró en vigor el día 1 de enero de 2011 en España ha sido una ley en dos pasos, la primera consagrando lugares para fumar en los bares y restaurantes, fundamentalmente lugares donde se "está y se va" para fumar; y luego, generalizándolo en lugares públicos, con algunas excepciones menore. Ya anteriormente había sitios donde el fumar estaba proscrito, por ejemplo hospitales, y a nadie le llamaba la atención ni se mesaba las vestiduras por la "intromisión en la libertad individual" o "el paso incesante del estado escrutador y prohibidor", se veía proteger la salud del enfermo como algo lógico.Me refiero que esta prohibición, en dos pasos, creó algunas distorsiones que se hubieran disipado si la prohibición hubiera sido completa y de una vez. Muchos bares y restaurantes hubieron de decidir en la primera emisión de la ley, hace cinco años, si eran "para fumadores o para no fumadores". Dado que en el pasado convivíamos, a pesar de los no fumadores, la mayoría de los dueños de locales optó por trasladar la responsabilidad, que la administración les delegó previamente para actuar como sus "agentes en sus locales", al ciudadano y, de esta manera, la realidad desembocó en que todos los lugares de hostelería, salvo honrosísimas excepciones, fueran para fumadores. Se evitaba, también, el trago de negar la entrada o pedir que se marcharan fumadores en zonas o lugares no cualificados para ellos con el consiguiente deterioro con la clientela.En el caso de poder convivir varias "tribus" en un mismo recinto la ley se obligaba al dueño a inversiones que asegurasen la separación, que en muchos casos eran "un pico" sufragado por el dueño con algunas ayudas menores.Ahora, la ley se completa dictando que no haya zonas separadas, simplemente, todos los recintos públicos son para no fumadores. Las inversiones que algunos locales hicieron, a la fuerza, han sido a fondo perdido y las sanciones, ignoro si han habido muchas, también.Es importante esta ley porque defiende a fumadores y no fumadores y los efectos secundarios que pudieran tener, el personal se habrá de salir a la calle para fumar, tienen consecuencias no solo negativas como el ruido sino que vemos florecer terrazas calefactadas por la ciudad que de alguna manera, y como en otras ciudades más frías de Europa, podrá aumentar el negocio. Sin embargo, y a mi parecer, es preciso que la legislación que cambia usos y costumbres a los ciudadanos no se conviertan en una carga pesada para algunos, que intente ser igualitaria y no deposite sobre los dueños de los lugares de hostelería una responsabilidades para la cual ni están preparados ni, tampoco, tienen vocación. Les causa un daño del que no son culpables y dificulta que una ley que de sentido común es beneficiosa se convierta en unas "idas y venidas" políticas de poca y difícil comprensión. Es previsible que para los políticos, y en general, la navegación por las vías del gobierno se den con el mando justo, el timón acertado y el bauprés indicando la dirección, de lo contrario, de todo lo ha habido, la ciudadanía se confunden y se generan agravios muy gratuitos.Fumadores y los que no fuman. Recuerdos del día de mañana.Despierte el alma dormida, avive el seso e despierte. A fin de cuenta sino pensamos y vivimos para que queremos estar. Los pensamientos de hoy son recuerdos del mañana que tenemos hoy.