Revista Publicidad y Marketing
Las grandes marcas comerciales son presa fácil para los fabuladores e inventores de leyendas urbanas, que las utilizan en la mayoría de ocasiones para causar un prejuicio sobre los productos que comercializan y menoscabar su imagen pública. Si además, sus productos son comestibles, pues todavía más.Y si hay un producto popular en todo el mundo, que se conoce universalmente y cuyo nombre ha trascendido a la marca para convertirse en un icono popular, ese es la Coca-Cola.De este popular refresco existen registradas cientos de leyendas urbanas, casi ninguna positiva, y que nos ha llevado a sospechar que el burbujeante líquido oculta terribles consecuencias para el incauto (millones de incautos estaría mejor dicho) que lo pruebe.La más popular, quizás, hace referencia a la ultrasecreta composición de su famosa receta, que ha sido recientemente potenciada por un espot televisivo.Pues bien, esta tan ultrasecreta fórmula no sólo es pública, sino que puede ser consultada por cualquiera en Internet. Y esto es así por una cuestión muy sencilla: para ser aprobado su consumo por parte de las autoridades alimentarias y sanitarias, debe pasar por los pertinentes controles y en ellos, han de conocerse los componentes del producto.No es cierto, pues, que sólo dos personas conozcan la receta, ni que tengan prohibido viajar juntas en avión, ni ninguna de las noticias que circulan al respecto.Tampoco es cierto que la Coca-Cola sea un producto extremadamente corrosivo. Si se intenta hacer desaparecer un filete sumergido en la cola, este no lo hace a un ritmo más elevado que si se sumerge en agua. O sea, que prácticamente, es como el agua, pero azucarada.Tampoco es necesario perder el tiempo cubriendo un tornillo oxidado con el refresco. El pretendido efecto corrosivo que quitaría el óxido y lo dejaría como nuevo no se produce tampoco en ese caso. Ni, ya puestos, es capaz de funcionar como desatascador en las tuberías de los desagües de casa.Otra leyenda que surgió en su momento fue relativa a su composición. El nombre, Coca-Cola, viene de dos componentes originales, pero la cocaína, como se dice, no estaba presente.Se realizaba en un principio con una mezcla de extracto de hoja de coca, por su efecto revitalizador, y de nueces de cola, de ahí su nombre. Esta composición se eliminó al poco tiempo, en 1929 y no era en absoluto preocupante.Tampoco es cierto que los policías de carretera de Estados Unidos lleven varias garrafas en sus coches para hacer desaparecer de las calzadas los restos humanos de los accidentes.Y así, con cualquiera de las cientos de leyendas que se cuentan del que probablemente sea el líquido de consumo humano más popular, después del agua, que es su principal y más abundante componente.Aunque la fama de Coca Cola va más allá de sus sorprendentes componentes y fabulosas propiedades. En 1957 un señor llamado James Vicary se dedicó a poner en práctica una idea revolucionaria para aumentar el consumo del oscuro refresco. En mitad de las películas de un cine, insertó varios anuncios de menos de un segundo, en los que se leía el popular “Beba Coca-Cola”. Obviamente, todos los espectadores salían de la proyección con ganas de consumir la Coke, y sus ventas se dispararon en el vecindario…Unos años más tarde, Vicary confesó que se inventó los datos, y más tarde, ya en los 70, se supo que este experimento nunca llegó a producirse.Pero cualquiera lo desmiente a estas alturas…