Hay hechos, situaciones, circunstancias y emociones, que son muy difíciles de traducir en palabras. En especial aquellas que están más relacionadas con el costado irracional. Sin lugar a dudas, un buen ejemplo de este tipo de cuestiones es el sentimiento del hincha. Difícil de entender y de explicar para quien no lo ha vivido, imposible de abandonar para quien lo ha experimentado. Cuando alguien logra poner sobre papel algo de ese calibre, el resultado suele ser mágico.
Nick Hornby es un escritor británico nacido en 1957, que suele ser recordado por haber escrito la novela Alta Fidelidad, a la postre un éxito cinematográfico protagonizado por John Cusack. En 1992 publicó el libro Fever Pitch, traducido al castellano como Fiebre en las gradas, una especie de autobiografía donde describe su obsesión con el fútbol, y cómo su vida entera ha girado alrededor de este. Se trata, tal vez, del relato más preciso y más esclarecedor sobre la manera de ser del hincha común, no del barrabrava.
La primera frase del libro es toda una declaración de principios. “Me enamoré del fútbol como luego me iba a enamorar de las mujeres: de repente, sin explicaciones, sin pensar en el dolor o en los trastornos que eso me iba a causar”, confiesa el autor. A partir de allí, comienza el relato de cómo el deporte rey pasó a formar parte de la relación con su padre, sus novias, sus compañeros de trabajo… En fin, de toda su existencia.
Alegrías, tristezas, triunfos, derrotas, campeonatos, partidos de local, de visitante, un sinfín de experiencias relatadas directo desde el corazón, que permiten al lector identificarse inmediatamente con el protagonista. Para el no futbolero, el libro funciona como una lupa gigante, para meterse dentro de la cabeza del fanático, y tratar así de interpretar sus dichos, sus reacciones y sus actitudes.
Un detalle que intencionalmente se pasó por alto hasta aquí, es que Nick Hornby es seguidor del Arsenal inglés, y por lo tanto toda la historia gira alrededor del club londinense. ¿Por qué se omitió este dato? Porque da igual. Salvando algunas pequeñas distancias, y cambiando por supuesto algunos nombres propios y escenarios, la novela podría tratar sobre casi cualquier club. Justamente, porque el protagonista no es la institución. Es el hincha, el genuino e inexplicable hincha de fútbol.