Arthur Bloch (Los Ángeles, 1948) escribió Las leyes de Murphy del que se han vendido cientos de miles de ejemplares en el mundo; un toque irónico y desenfadado a múltiples aspectos de la vida en el que todas las máximas se pueden resumir en una: “Si algo puede salir mal, saldrá mal”. Junto a la versión clásica, posteriormente han parecido múltiples versiones de Las leyes de Murphy: para abogados, para médicos, para el amor, para el siglo XXI…
Hoy me quiero detener en algunas de las Leyes de Murphy para trabajadores. Sólo le pido un favor: no se ría.
▪ Ley de Meskien: Nunca hay tiempo para hacer un buen trabajo, pero siempre hay tiempo para repetirlo.
▪ Ley de Lee: Hace falta menos tiempo para hacer algo bien que para explicar por qué se ha hecho mal.
▪ Ley de Wolinski: El trabajo en equipo implica perder la mitad del tiempo explicando a los demás por qué no tienen razón.
▪ Ley de Programación de Proyectos: El primer 90% de un proyecto requiere el 10% del tiempo, el último 10% el 90% restante.
▪ Dilema de Murphy sobre tiempo y acción: No se puede imaginar lo pronto que es demasiado tarde.
▪ Teorema de Stockmayer: Si un trabajo parece fácil, es difícil; si parece difícil, es imposible.
▪ Peligros del genio: Ningún jefe soporta a un empleado que siempre tiene razón.
▪ Principio de Benchley sobre la productividad: Todo el mundo puede hacer cualquier cantidad de trabajo siempre y cuando no sea el trabajo que se supone que tiene que hacer.
▪ Dilema del trabajador: Primero: por mucho que usted haga, nunca será bastante; y dos: lo que no se hace siempre es más importante que lo que se hace.
▪ Ley de Pinto: Si le hace a alguien un favor, tendrá la obligación de hacerle muchos más.
▪ Regla de Maugham: Sólo una persona mediocre se encuentra siempre en su mejor momento.
▪ Observación de Hayden: El trabajo duro produce beneficios en el futuro; la vaguería en el momento.
▪ Ley de Chapman: No sea insustituible; si no le pueden sustituir no podrá ascender.
▪ Ley de Shanebrook: Si hace un trabajo dos veces, se lo quedará para siempre.
▪ Ley de Combs: Muchas de las personas que se quejan de que su jefe es tonto, estarían en la calle si el jefe bueno fuera un poco más listo.
▪ Ley de Weigler: No hay nada imposible para el que no lo tiene que hacer.
▪ Ley de Whistler: Nunca se sabe quién tiene razón pero siempre se sabe quién manda.
▪ Ley del Gilberston: No hay nada a prueba de tontos para un tonto con talento suficiente.
▪ Regla de Warren: Si quiere identificar a un experto, escoja a quién predice que el trabajo durará más tiempo y costará más.
▪ Ley de Schroeder: La indecisión es la base de la flexibilidad.
▪ Ley de Green: Todo es posible si usted no sabe de lo que está hablando.
▪ Ley de Hiran: Si se consulta a suficientes expertos se puede confirmar cualquier opción.
▪ Ley de Jolie sobre viajes: Ningún vuelo sale a la hora a menos que usted llegue tarde y necesite el retraso para no perderlo; si llega con la hora justa , el vuelo saldrá de la puerta más alejada de la entrada de la terminal; si llega con tiempo el vuelo saldrá irremediablemente con retraso.
▪ Ley de Shield: Vaya mal lo que vaya mal siempre habrá alguien que ya se lo imaginaba.
▪ Ley de Lucas sobre negociación: Se considera que una negociación ha sido un éxito cuando todas las partes se van con la sensación de que les han jodido y estafado.
▪ Leyes básicas del trabajo: ninguna tarea es fácil; cualquier trabajo lleva más tiempo del que se imagina; si usted intuye cuatro posibilidades de que un trabajo vaya mal y las evita, inmediatamente aparecerá una quinta de manera espontánea; en cuanto se ponga a hacer algo se dará cuenta de que debería haber hecho otra cosa antes; cuando haga algo bien será por razones equivocadas
▪ Principio de Porter: Si un trabajo no va mal, entonces: a) habrá que deshacerlo; b) habrá que rehacerlo; c) o es que no era el trabajo que había que hacer.
▪ Ley de Gillete: la llamada de negocios tan importante que estaba esperando se produce justo en el instante que usted ha ido al lavabo.
▪ Ley de Jones: La experiencia es lo que le permitirá reconocer un error cuando lo cometa de nuevo.
▪ Ley de Baldrige: Si supiéramos donde nos metemos, nunca nos meteríamos en nada.
▪ Ley de Norman: Cuanto más mierda pueda aguantar, más mierda le darán.
▪ Ley de salida del trabajo: La posibilidad de que algo vaya mal en el trabajo se incrementa cuando usted tiene que hacer algo en casa. Si no tiene nada que hacer en casa, nada irá mal en el trabajo.
▪ Ley de Frank sobre mensajes telefónicos: Si tiene lápiz no tiene papel; si tiene papel no tiene lápiz; si tiene las dos cosas nadie querrá dejar un mensaje.