Solidez y equipo. Esas dos son las palabras que resumen las mejores características de este Corinthians candidato a ganar la primera Copa Libertadores de su centenaria historia. El Timao venció al campeón Santos por 1 a 0 en Vila Belmiro y está a noventa minutos de ser finalista. El golazo de Emerson Sheik rompió todos los esquemas, pero el gran trabajo en conjunto de los dirigidos por Tité anularon cualquier atisbo de reacción de Neymar y compañía.
Por lo visto en la casa del campeón reinante el rival de Corinthians en esta Libertadores es la propia historia del club paulista. Porque el karma de no poder ser el mejor del continente (increíblemente fue campeón del Mundial de Clubes en 2000) es una mochila muy grande para el único grande paulista que no ha levantado el más prestigioso torneo de América.
En Vila Belmiro el funcionamiento del Timao tuvo nombres propios como el del enorme arquero Cassio, el lateral Alessandro (anuló a Neymar), la categoría del volante Paulinho (inició la jugada del gol), la magia de Danilo y el picante juego de Emerson Sheik. No tuvo fisuras a lo largo de todo el partido el conjunto visitante, porque con su orden defensivo mostró porqué es el equipo menos goleado del certamen (tan solo dos tantos: uno del Deportivo Táchira y Nacional de Paraguay) y el único invicto (acumula 7 victorias y 4 empates).
¿Qué mostró el campeón para doblegar la resistencia de Corinthians? Poco y nada. Destellos de un Neymar apagado y que debió ser expulsado (por una patada en el complemento), mucha posesión de balón pero pocas ideas, problema generado por la mala noche de Ganso. El partido tuvo todo lo que una semifinal de Copa, y sobre todo un clásico paulista, puede tener: fútbol, patadas, expulsados y hasta un corte de luz oportuno para el local que cortó un avance claro del Timao. Un Timao que cada paso que da en esta versión 2012 de la Copa Libertadores demuestra que, quizás con el plantel menos ‘marketinero’ de sus últimos años, puede sacarse la espina que ni el fabuloso Ronaldo pudo…