Balzac: esplendor y miseria
José de María Romero BareaReseña aparecida en el medio El Cotidiano
“El mes de septiembre de 1835, una de las más ricas herederas del faubourg Saint-Germain, la señorita del Rouvre, hija única del marqués del Rouvre, contrajomatrimonio con el conde Adam Mitgislas Laginski, joven polaco proscrito” (p. 309).Así comienza la novela La amante imaginaria. En ella, el narrador es por turnos unsanto, un criminal, un juez honesto, un juez corrupto, un ministro, una prostituta, unaduquesa, pero siempre un genio. El relato se encuentra incluido en el primer volumen deLa Comedia Humana (Hermida Editores, Colección El Jardín de Epicuro – Ficción,2015), de Honoré de Balzac (Tours, 20 de mayo de 1799 - París, 18 de agosto de 1850).El autor francés afirma en el prólogo que su objetivo es describir de modo casiexhaustivo a la sociedad de su tiempo para, según su famosa frase, hacerle “lacompetencia al Registro Civil” (p. 17). Pocas veces un novelista se había interesadotanto en relacionar los diferentes modos de la experiencia. La amante imaginaria no essolo una novela, sino una metáfora bastante obvia de cómo Balzac concibe la Comedia,su gran obra, como un puente entre lo más alto y lo más bajo de la sociedad: “A losburlones de París les fue, pues, difícil reconocer a un gran señor en una especie deestudiante frívolo que, en la conversación, pasaba con indiferencia de un tema a otro,que corría en pos de las distracciones con tanto más ardor cuanto que acababa deescapar de grandes peligros, y que, viniendo de su país, en el que su familia eraconocida, se creyó libre para llevar una vida desordenada sin correr el peligro deldescrédito” (p. 314).Las historias de la primera entrega de la Comedia, bien traducidas por AurelioGarzón del Camino, muestran el germen de los principales caracteres de obrasposteriores. Algunas de ellas son, en cierto sentido, un ensayo de relatos de mayorenvergadura; todas están, sin duda, plenamente logradas. Balzac se descubre como elinterlocutor ideal: unas veces un sabio, otras un niño, las más un observador infatigable.Se sabe que el autor francés escribió asolado por las deudas. Tal vez por ello,teje y desteje las tramas, nos coge por las solapas y nos arrastra a través de ambientes,siempre escondido tras sus personajes, como si huyera de sus acreedores. En la novelaLa casa de El gato juguetón, los personajes parecen seguir el único impulso de suindomable voluntad: “Recorrer los salones, mostrándose en ellos con el brillo prestadopor la gloria de su marido, verse envidiada por todas las mujeres, fue para Agustina unanueva cosecha de placeres; pero también fue el último destello que iba a arrojar su dichaconyugal” (p. 79).En el relato El baile de Sceaux, Balzac demuestra ser el bisabuelo de escritorestan diversos como Colette y Antoine de Saint-Exupéry: “Sceaux posee otro atractivo nomenos poderoso para el parisiense. En medio de un jardín, desde el cual se descubrenvistas deliciosas, se encuentra una inmensa rotonda abierta por todas partes, y cuyacúpula, tan ligera como amplia, está sostenida por elegantes pilares. Este doselcampestre protege una sala de baile” (p. 139).La Vendetta muestra la decadencia de costumbres ancestrales. La bolsa es unrelato sobre la locura, la pasión ilícita y el delito. Asistimos a un exacerbado sentido delmelodrama: “El robo era tan flagrante, y negado con tanto descaro, que Hipólito nopodía ya seguir dudando acerca de la moralidad de sus vecinas. Se detuvo en la escalera,la bajó con trabajo: sus piernas temblaban, sentía vértigo, sudaba, tiritaba, y no podíaandar luchando con la atroz conmoción causada por la ruina de todas sus esperanzas”(p. 297). Nada se improvisa en sus extensas descripciones. La historia se cierra sobre símisma, como una caja china. Por ella discurre la “circulación misteriosa de la sangre yel deseo” que admiraba Proust.Juntas, las novelas de esta entrega proporcionan una visión general e inaudita delas obsesiones y el arte de un gran escritor. Oscar Wilde afirmó que el siglo XIX, tal ycomo lo conocemos, fue una invención de Balzac. Leyendo el volumen de la ediciónHermida, la verdad de esta boutade se hace evidente. Humana, por oposición a laDivina de Dante, la Comedia se ocupa de personajes de todos los ámbitos de lasociedad: señores y señoras, empresarios y militares, empleados pobres, prestamistasimplacables, aspirantes a políticos, artistas, actrices, estafadores, avaros, parásitos,aventureros sexuales, chiflados. Se trata, sobre todo, de una crónica de la modernidad entodo su esplendor y miseria.
Sevilla 2015