Libros de texto

Pese a que las TIC están cada vez más introducidas en la enseñanza, los libros de texto siguen siendo el instrumento principal de aprendizaje en la enseñanza de nuestro país.

La visión de una escuela repleta de ordenadores, tabletas, conexiones con aulas virtuales, vídeos de aprendizaje, etc. es, en parte, una realidad pero queda lejos -o nunca llegue- la imagen de los escolares sin una mochila con sus libros de primero de primaria o sus libros de segundo de bachillerato. Y no hablamos solo de jóvenes escolares, también (y con más razón dado su alejamiento de las ) de los, cada vez más, adultos que se preparan para entrar en la Universidad.

" Los libros de textos son libros editados para su uso específico como auxiliares de la enseñanza y promotores del aprendizaje" ( Prendes). Ese "como auxiliares" posiblemente nos esté indicando la imposibilidad de ser sustituidos, aunque solo sea como compañeros de viaje de alternativas digitales.

Siguiendo a Westbury podemos resumir en dos periodos la evolución de los libros de texto:

Un primer periodo comprendido entre los siglos XVI - XVII cuando se abandona la tradición oral y las tecnologías impresas existentes permiten la aparición del libro impreso propiciando, a partir del Orbis Sensualium Pictu de Amos Comenio, el libro pedagógico, que germina los textos escolares. Es en el XVIII cuando se expande el conocimiento con la posibilidad de hacer llegar a los colectivos todo el desarrollo de la ciencia y la cultura.

En un segundo periodo (siglos XIX y XX) el conocimiento ya se "empaqueta" de forma generalizada y a gran escala pasando a ser el instrumento principal de la enseñanza. Antonio Gil de Zárate diseña los primeros sistemas educativos de Historia para bachillerato. La corta duración de la II República impide establecer unos modelos innovadores tan esperados; pasada la guerra civil, el franquismo impone "sus valores", la religión, la familia, la patria... impregnando ideológicamente los textos escolares (para otro largo artículo daría esto de la burda intromisión de la ideología política en los libros de la enseñanza).

Ya en 1970 se vislumbra la necesidad de un cambio de rumbo en la educación hacia modelos más técnicos; nace la LGE ( Ley General de Educación). En 1990 llega la LOGSE ( Ley de Ordenación General del Sistema Educativo) que trata de hacer un modelo de enseñanza más flexible y la escolaridad obligatoria se sitúa en los 14 años. Le sigue en 2002 la LOCE ( Ley Orgánica de Calidad de la Educación) y luego, en el 2006, la LOE ( Ley Orgánica de Educación) que trataba de aumentar la calidad frente a la cantidad de aprendizaje. Finalmente llega la LOMCE ( Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa) el 9 de diciembre de 2020 que, como gran novedad, trata de introducir "conocimientos empresariales" primando las Ciencias y que tantos "dolores de cabeza" provoca en los chavales de primaria.

Es de destacar (para variar) que todas estas leyes han originado largas, airadas y poco edificantes discusiones políticas en el Parlamento, en el profesorado y en las organizaciones paralelas de enseñanza, en muchas ocasiones por imperativos ideológicos y en otras -con toda seguridad lo afirmo- por desconocimiento de las mismas.

En la actualidad el final de esta larga y sinuosa carrera de modelos educativos se encuentran los futuros universitarios (esta es otra "película") con el paso de la EvAU ( Evaluación para el Acceso a la Universidad); los Libros de texto EvAU son de estudio imprescindible, a modo de repaso, tanto para los obligados estudiantes de LOMCE y para los que no pasaron la PAU (que he olvidado intencionadamente para hacer más angustioso el baile de siglas) como para los interesados en subir nota que vengan de Ciclos Formativos de Grado o incluso de los que superaron la PAU en su momento.

No me extiendo más, pero antes de acabar les recomiendo (a los mayores) para este verano, si la señora pandemia lo permite, unos cuadernos de vacaciones para adultos. Puro placer y entretenimiento.