Revista Cultura y Ocio
Advertencia: no abran ninguno de los libros de los que voy a hablarles si tienen hambre o sed. Van a sufrir. Porque sus páginas son un auténtico festín de buenos platos y ricos caldos y la gula se desata cuando ves comer y beber al de al lado y tú no puedes catar ni gloria.
Dicho esto, prosigo: hay libros que son para bebérselos. Y ahora que el vino de Rioja está tan de moda que crece hasta en crisis ("¿Crisis? ¿Qué crisis?", se preguntan allí los bodegueros) algunas bodegas apuestan por ir más allá de la barrica y trasladan al papel la exquisita experiencia de echarse al paladar un buen vino. No hablo de libros sobre los mejores vinos, las añadas más resultonas o las bodegas con más pedigrí: hablo de volúmenes que integran el vino en la narración y lo subliman.
Como Una copa para dos. Relatos de mujer y vino, una colección de siete narraciones cortas que editan la Fundación Dinastía Vivanco y la editorial Everest. Coordinados por Espido Freire, en sus páginas se deleitan con el elixir de la uva autores de la talla de Lorenzo Silva, Juan Manuel de Prada, Rosa Regás, Juan Cruz, Vetle Lid Larssen, Boris Izaguirre o la propia Espido. Un auténtico homenaje a aquellas mujeres que de uno u otro modo han roto moldes y han hecho del vino un estilo de vida, bien como bodegueras, bien como catadoras de pedigrí (incluso en privado). La edición, magnífica, incluye ilustraciones y fotografías vintage del todo deliciosas.
Dinastía Vivanco se suma así a una tendencia literario-vinícola que abrió Ontañón con Santísima Trinidad: flamenco, toros, vino, un valioso volumen en el que el periodista Pablo García-Mancha hace, sin quererlo, erudición (no pedante) sobre sus tres pasiones, tres universos místicos del que él sabe como pocos y que tienen un claro punto de unión: "El vino bueno sale de la tierra, como el cante del corazón, como el toreo brota de la yema de los dedos", nos explica García-Mancha en la introducción.
La historia del vino desde la Grecia antigua hasta la actualidad o cómo personajes de la talla de Francisco Umbral vivieron la experiencia de una buena copa de Rioja ("Beber vino es un acto de hedonismo por principio", confesaba en una entrevista a Pablo García-Mancha) son algunas de las perlas del extenso e intenso capítulo dedicado a la cuestión vinícola en un libro que se ha convertido en imprescindible para todo aquel que quiera saber, siquiera un poco, de esa Santísima Trinidad inescrutable, que apenas se atisba con los ojos encriptados de un corazón abierto en dos.
Publicado en Diariocrítico.