Ya os contaba hace unos días que el comienzo escolar ha empezado bien, pero ha tenido una impredecible consecuencia: mi hijo mayor se porta fenomenal en el cole, va contento a clase y disfruta del tiempo que pasa allí, pero en casa se está portando fatal. Casualmente, en la visita quincenal a la biblioteca, hemos encontrado con un cuento idóneo para lo que está pasando. El cuento lleva por título la nueva palabra favorita de mi hijo y relata el primer día de cole de un pequeño osito con el que mi hijo se ha sentido muy identificado. ¿Creéis que vuestros peques también podrán identificarse con el pequeño Octavio?
"Me parece que no sabe decir sí", se preocupa Juanita. "Me extraña", dice Raúl, "espera y verás..."
El osito Ocavio va por primera vez al colegio y, pese a los ánimos de su madre, la amabilidad de la profesora y los intentos de sus compañeros, el pequeño se muestra enfadado y contesta negativamente a todo lo que le proponen o le piden. La palabra "no" será la única que salga de su boca a lo largo de todo el relato, pero el tono irá cambiando del enfado a la diversión, de forma que el último "no" mostrará su adaptación a la escuela. Lo utilizará para decirle a su madre que no se quiere ir del colegio.
Con este cuento los niños se sienten identificados, ya que expone una situación muy familiar para ellos. El primer día de colegio suele ser un momento de gran impacto para los pequeños, reacios la mayoría de ellos a los cambios y a la separación de sus padres. Es un acontecimiento que provoca distintas emociones: miedo, tristeza, enfado, rechazo... Octavio, al igual que nuestros hijos, reacciona de la única forma que sabe: diciendo "no" a cualquier propuesta (a colgar el abrigo, a ver el aula o a participar en los juegos). Los niños de estas edades apenas tiene recursos para enfrentarse a situaciones de este tipo y la negación suele ser una herramienta cercana a ellos.
Por este motivo, es un relato idóneo para niños de 2 y 3 años, que podrán deducir sin problemas las emociones de Octavio fijándose en su rostro, que refleja sus diferentes estados de ánimo. La ilustración tiene una gran importancia en este cuento. Son dibujos grandes, sencillos y muy expresivos, que conectarán muy bien con los más pequeños. De hecho, permite un ejercicio estupendo que yo practico con mi hijo: en cada escena le pregunto cómo se siente el osito y él va reconociendo los distintos estados de ánimo de Octavio fijándose en la expresión de su cara. A partir de ahí, le pregunto que por qué cree que está triste, enfadado, asustado o contento y él va elaborando, con sus palabras, la historia emocional del protagonista, que se parece bastante a su propia experiencia de la última semana. ¿No es una buena forma para que los niños trabajen las emociones?
Por su parte, los niños de 4 y 5 años también disfrutarán del relato, pero, en su caso, se convertirá sobre todo en un excelente material para sus primeras lecturas, gracias a su texto sencillo, con frases cortas y ágiles y letra de tamaño adecuado.
Este libro data de 2001 y, si no lo encontráis en vuestra librería habitual, podéis encontrarlo con facilidad en muchas librerías online a muy buen precio (he hecho los deberes y he buscado por internet para ver que no estaba descatalogado, que a veces puede suceder),
Como siempre os dejo un vídeo relacionado con el cuento. En esta ocasión, es una lectura en su lengua original, el francés. No he encontrado ninguna en español, pero está muy bien para que los niños escuchen otra lengua, incluso aquellos que no la conocen. Es una lectura sencilla y seguro que podrán seguirla bien mirando los dibujos.
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