De Oriente nos llegan frutas y productos que sorprenden a nuestros paladares. Algunos, por suerte, llegaron hace siglos para convertirse en base de nuestra alimentación. Otros han aterrizado más recientemente y aún están luchando por hacerse un pequeño hueco en nuestras despensas. En este post os hablamos de tres frutas exóticas, que poco a poco se han colado en nuestros platos.
Revista Cocina
Comencemos con la más conocida. Seguramente la habréis probado en alguna visita a un restaurante chino y en más de una ocasión estaría en almíbar. Hay que decir que en China, una forma de comer el lichi es en crudo (de noviembre a febrero, una vez han madurado). Este fruto viene de un árbol de origen chino, que hoy en día se cultiva en diferentes países de clima tropical. Está cubierto de una piel dura, que no hace pensar que dentro hay una pulpa tan jugosa. ¡Cuidado al comerla! En el centro cuenta con un hueso duro. Una vez lo tengáis en la boca os recordará a otros sabores como la rosa. Es un ingrediente que encaja en las macedonias de frutas.