Los mercados son conversaciones y seres humanos. También los equipos y las redes, así que liderar es hoy, más que nunca, conectar para tender puentes que nos mantengan vinculados entre nosotros y con el mundo. Aunque a este mundo le llamemos… “stakeholders” ;-)
Así, mantener vías de contacto actualizadas con las necesidades y expectativas de clientes, proveedores, aliados, sociedad y personas en general es algo absolutamente básico en cualquier ejercicio profesional que esté relacionado con el conocimiento. Es el “ABC” y seguro que ya estás ahí.
Luego está aquello de cómo esto de tener buenas conexiones también afecta a nuestras posibilidades individuales y colectivas de realizar y recibir aportes de valor para nuestros proyectos. Nuestra capacidad de generar dinámicas participativas y colaborativas, por ejemplo, condiciona los niveles de involucración y, por supuesto, los resultados. Y esto es todo un reto para grandes empresas, para “líderes” autoritarios y para sistemas jerárquicos y burocráticos.
Liderar: el reto de generar conversaciones
La realidad es que sobran herramientas para conversar y colaborar. Aunque frecuentemente los que más las usan son los que menos las necesitan. Suele ser habitual, por ejemplo, que en las grandes corporaciones se utilicen más bien poco. Y es que las conexiones no se crean con aplicaciones de software sino:
- Creando condiciones para colaborar y compartir “dentro” y “fuera” (haciendo empresas más abiertas)
- Planteándose objetivos bien enfocados y desplegando acciones coherentes con los mismos.
Mi opinión es que, en general, hay todavía una gran distancia entre las posibilidades y lo que se está haciendo. Por poner un ejemplo sobre algo bastante extendido en organizaciones jerárquicas, suele ser muy frecuente que el primer nivel de una organización se relacione con los accionistas y que esta conexión se pierda “aguas abajo”, mientras que los niveles intermedios tengan mucho contacto con los clientes y que el conocimiento generado no llegue a los niveles donde se toman las decisiones estratégicas. Otro ejemplo muy ilustrativo y extendido es el de cómo la “reunionitis” y el uso descontrolado del mail convierten a herramientas de un gran potencial conector en propulsores del deseo de desconectar.
Planes y acciones para liderar conectando
La idea general es avanzar del deseo a la acción poniendo en marcha una serie de “rutinas” y hábitos que irían integrados en nuestro flujo de trabajo diario. Algunos son más estratégicos y pueden quedar fuera de nuestro margen de influencia, pero otros pueden simplemente integrarse en nuestras actividades diarias. A modo de pequeño muestrario yo sugeriría:
- Empezar pensado en una estrategia. No tiene porqué ser algo complejo. Más bien sería deseable algo muy operativo: un objetivo apuntando a generar conocimiento y colaboración, algunos hitos y “quick wins”, utilizar algunas herramientas sencillas para distribuir el conocimiento y generar algunos recursos.
- Hacerse con un plan personal de comunicación que abarque nuestros 360º de influencia. Es “reflexología organizacional” 100%: influir desde el propio ejemplo.
- Crear y mantener foros y mecanismos de participación a los que sean invitadas tanto las personas de la empresa/ red como los diferentes grupos de interés/ stakeholders.
- Planificar periódicamente entrevistas/ visitas y establecer un método o esquema de trabajo basado en buenas preguntas.
- Definir un plan de presencia en la red.