Lideritos de la venta indiscriminada que busca satisfacer el interés propio, del corre y ve, dile que me satisfago pensando que lo harás y lo harás por mi o por satisfacer lo que tu arrogancia quiere, del tengo razón, no siendo. Del tengo razón aunque la razón se agote en la única medalla del te convencí y luchas por lo que yo quiero, cueste lo que cueste. Lideritos rozando estados alfas que muestran fuerzas poderosas para doblegar, esclavizar al otro incapaces de gobernar y poner a buen recaudo impotencias varias, estados de hambre hambrienta, soberbias y arrogancias envueltas en palabras y acciones guapas o feas, más un puntito que somete a fuerza de cárceles podridas, cárceles hermosas adornadas con barrotes de oro. Tú, él, nosotros, vosotros y ellos, ahogados y a buen recaudo convencidos de que por aquí y por allá, porque es por donde todos quieren. Pero, ¿Quieren?
Lidereazgos, de los que no sabe y sin temer te lo cuenta. Liderazgos de los que arriman el hombro para encontrar lo que nadie encuentra. De los que callados andan buscando soluciones por las que están dispuestos a poner el brazo en el fuego, primero ellos, por si quema para después, invitar a los demás hasta que las brasas se apaguen y hasta que lo imposible se haga posible. De los que no se ahogan en penas ante sus propios límites, de los que se alegran cuando el otro salta allá, más lejos de donde su vista abarca. De los que se atan a los que vuelan, de los que vuelan hasta donde el viento les lleva y no miran con soberbia sus acciones antes aplaudidas. De los que no se repiten como el ajo y obligan a otros a repetir sopa, ni de ajo, ni de cebolla. Liderazgos de los que saben ver las posibilidades escondidas en si mismos y en otros. Liderazgos de los que revientan las rejas que atan a los que podrían volar por encima de todas las escenas.
Me conoces, ya me conoces y sabes que voy y vengo ¿A que viene ahora este cuento? rememorando vengo, la primera ver que me cansé de reír leyendo
El principio de Peter
Dr. Laurence J. Peter y Raymond Hull
Yo y mis juego de todos a cazar diferencias. De las tablas voy y de las tablas vengo, allí donde los líderes sostienen equipos de trabajo donde la rareza no es conseguir el máximo del brillo de cada talento y donde el liderazgo se mantiene en su condición cuando consigue realizar la tarea que requiere la puesta en pie de un proyecto, con el firme y conseguible propósito de hacer brillar aún más a cada una de las piezas, elavando a cada miembro hasta su techo de estrellato, en cada momento. Acusados los artistas de anárquicos y desordenados carácteres, no podía dejar de reír a carcajada viva observando un comportamiento tan extravagante en los liderazgos empresariales, ¿A donde vas, tendente a satisfacer solo tu grado de competencia y obligando a todos a aceptar esta como única verdadera? ¿Brillar en diferencia es sinómino de ejecutar acción para apartarlos de una estructura que podría degradarles, porque en ellas solo prima la competitividad dentro de una sin razón tan espluznante?
Clara diferencia con los espacios de donde venía, donde los equipos realizan tareas que exigen el máximo de rendimiento. Donde cada integrante del equipo está ahí porque es estrella indiscutible para realizarlo. Tantos problemas y yo nunca había visto a un iluminador queriendo ser "ascendido" a actor, ni a un actor queríendo "ascender" a tramoyista. Distintos cuentos pero en el mío, cada gremio es estimado como indispensable para la ejecución del proyecto y podrás encontrarte a un tramoyista que quiera cobrar más que su jefe directo pero, desde luego, nunca vi actor enfadado por lo que cobra el de sonido, ni al de sonido revelado por lo que cobra el técnico de luces.
Ay de espacios altamente "competitivos" allí donde hasta las nueces más vacías pretenden ser cascadas y donde realmente, las nueces vacías son las más cascadas.
Liderazgos ¿Quieres Reputación = Valor Funcional + Valor Emocional + Valor de Responsabilidad Social Corporativa? Pues nada, a por auténticos liderazgos.