Revista Cine

Life is a cabaret old chum

Publicado el 20 junio 2014 por Lo Que El Cine Se Llevó @elcinesellevo

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Cabaret es uno de los musicales más recordados. Es sin duda un buen musical, pero bajo mi punto de vista tiene defectos que no le hacen alcanzar el nivel de los más grandes.

Tiene números brillantes, pero no tiene la dirección ni la puesta en escena tan maravillosa de musicales como My Fair Lady, Oliver o Cantando bajo la lluvia. Cabaret es un musical más sencillo y atípico, en el que los números musicales funcionan a las mil maravillas de forma aislada pero que no acaban de encajar en la trama.

Una historia focalizada en el Berlín de los años 30, en el que el nazismo empezaba a emerger. Una buena muestra de ello es la espeluznante escena del “Tomorrow belongs to me”. Pone los pelos de punta escucharla. A priori, no parecía mala idea introducir la historia en ese ambiente, sin embargo a Bob Fosse se le fue la mano y el film se hace pesado en algunos momentos. Además, el romance entre los protagonistas tampoco convence demasiado.

Creo que en la película Bob Fosse demostró su experiencia como coreógrafo y bailarín pero también pienso que su dirección resultó bastante plana. Es incomprensible que arrebatara el Oscar a Francis Ford Coppola. Posiblemente mis expectativas eran más altas porque en 1972 (año de El Padrino) la película se hizo nada más y nada menos que con 9 Oscars.

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Dicho esto, al César lo que es del César. Y hay que reconocer que Cabaret tiene aspectos memorables. Y son: una música inmortal, la portentosa voz – y las piernas- de Liza Minnelli, el inmenso papel de Joel Gray (impresionante como fuerza el acento alemán) y en especial dos números musicales prodigiosos.

El primero, la cadenciosa melodia del “Money, Money, Money”. La letra, el tintineo de las monedas y ambos actores contoneándose por el escenario hacen que sea una escena muy divertida. Y por supuesto el numero final en el que Liza Minnelli nos recuerda que los genes se heredan, y saca el talento de su madre para comerse la cámara. El mensaje de la canción es realmente bueno, pero pero si cala hondo es gracias al chorro de voz de la actriz. Deléintense:

Una lástima que pese al Oscar logrado por este papel, su carrera se quedara estancada y no tuviera el mismo éxito que su madre.Y es que la película también tiene eso, la nostalgia y el recuerdo de la maravillosa Judy Garland y el gran Vincente Minnelli, su padre y todo un genio de los musicales.

Si no la han visto, no lo duden y háganlo, porque pese a sus imperfecciones y como bien dice el maestro de ceremonias, todo el mundo es bienvenido al Cabaret, el lugar dónde las preocupaciones tienen prohibida la entrada.


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