El Sr. Cuervo es otro ejemplo de la violencia contenida de la especie humana, que se canaliza frecuentemente a través del anonimato en internet. No hay interlocutores delante. No se sabe si el nombre es real o no. Incluso en este espacio, Alejandro Pumarino no deja de ser un seudónimo, un nick, o como quiera llamársele, si bien se intenta en todo momento, ser respetuoso con los demás. D. Aitor propone pegar tiros en la nuca a los banqueros y despellejar a quienes tienen una idea política diferente a la suya; ignoro profundamente si su partido o formación son del mismo talante democrático y ejercen la misma tolerancia que su acólito, pero el caso del Sr. C. Taboada ejemplifica como los extremos se tocan y se puede instaurar la más extrema de las dictaduras mediante la prohibición en nombre de la libertad.