Revista Deportes

Limpieza de silbatos

Publicado el 16 noviembre 2010 por Marianofusco

Limpieza de silbatosEl arbitraje argentino demuestra cada fin de semana una nueva entrega de poca capacidad para impartir justicia adecuadamente. Por eso no es raro que desde el Colegio de Ábitros, conducido por Julio Grondona, decidieran ponerle punto final a las carreras de Collado, Furchi -de los peores silbatos en mucho tiempo-, Brazenas, Giannini y Faraoni.

En el caso de Collado, se esperaba, dado que el cordobés tuvo un problema de salud que le impidió trabajar con normalidad últimamente, además de haber aceptado una entrevista que la corrupción es común en el fútbol argentino.

De Furchi, si bien todavía no está totalmente finiquitada su situación, era totalmente esperable: le cuesta horrores llevar adelante los partidos desde hace años. Errores técnicos, de manejo, de interpretación… Es un cúmulo de errores.

Sorprendió lo de Giannini y Faraoni, árbitros jóvenes y con proyección, pero que abrieron de más la boca: el primero llegó a ventilar privacidades de sus colegas y contó que Caruso Lombardi le reconoció ser un vendehumo. El segundo ensució a Anibal Hay, veedor que además se encargaba de las relaciones con los árbitros extranjeros que venían a la Argentina, por un supuesto acto de corrupción que jamás fue comprobado.

Por último, finalmente se le dará un remate final al desaparecido Brazenas, quien desde aquel partido entre Vélez y Huracán jamás volvió a dirigir y figuró como no apto físicamente. Más que extraña su situación, dado que nunca quiso dar una explicación de por qué lo colgaban. Si desconfiaron de su buena fe en aquella especie de final, se debieron haber tomado otras medidas.

Próximamente podrían aparecer nuevas bajas, impulsadas por Pancho Lamolina, vicepresidente del Colegio de Árbitros, responsable de mejorar el paupérrimo nivel del referato nacional.


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