El software libre se asienta sobre la más innovadora doctrina social: la cooperación. Si el conocimiento no se comparte se niega la posibilidad de su transmisión y, por consiguiente, de la educación misma.
Cuando un profesor enseña a sus alumnos con una aplicación propietaria se coloca en una auténtica encrucijada porque obliga al alumno a comprar el software o a copiarlo ilegalmente. Si el profesor no le deja copiar el programa está negando su ayuda y si se lo deja copiar está enseñando al alumno que se puede violar la ley cuando ésta no nos gusta o va contra nuestro propio interés.
No se trata de sustituir un sistema operativo por otro porque sea más barato, seguro y fiable. Enseñar con GNU/Linux no es sólo usarlo sino trasmitir el espíritu de colaboración y cooperación que implica cualquier empresa de conocimiento. La adopción de sistemas abiertos supone ser aún más coherentes con los valores que cualquier institución educativa pretenda transmitir a sus alumnos. El software libre es en sí mismo educativo por los valores que lo acompañan. Es fundamental, la ayuda, la cooperación. Compartir para crecer. Es el gran avance.
Un supuesto básico de la educación es que cualquier materia con dedicación, esfuerzo, estudio y unas actitudes y aptitudes personales es accesible al conocimiento. Ocultar el conocimiento nunca ha formado parte de los manuales ni de la ética profesional de los docentes. Es la búsqueda dinámica y transparente del conocimiento lo que se comparte por la comunidad, pues es su mayor activo económico y cultural.
Linux es Educación. Linux es Ciencia.