Este articulo no lo he escrito yo, lo ha hecho Victor Lopez una amigo y asiduo visitante de este blog, me pidió el favor de poder publicarlo en mi blog y tengo que decir que el favor no se lo hago yo a el si no el a mi, desde aquí muchísimas gracias por el articulo, que me ha gustado mucho y con el cual coincido en muchos puntos, si no en todos. También quiero pedirte disculpas Victor por la tardanza, lo recibí hace mas de un mes pero últimamente no he tenido muchas ganas de ponerme delante del ordenador, pero como se suele decir, nunca es tarde si la dicha es buena, y en este caso lo es por que merece mucho la pena el articulo.
"En esta ocasión quiero divulgar una opinión y experiencia personal acerca del aprendizaje de la informática para el usuario medio y la llamada curva de aprendizaje de GNU/Linux. Cuando estudiaba en el instituto y elegí la opción de Dibujo Técnico y Artístico en perjuicio de la asignatura de Informática, no alcanzaba a ver el horizonte que se preveía para ésta última. Mientras mis compis aprendían Basic y la impresión de sus nombres en impresora matricial, yo me peleaba con un profesor senil y poco justo para la evaluación ( enseñaba yo esta materia a algunos de mis compañeros que aprobaban notablemente y a mí me suspendía). Así que mi decisión no fue acertada, sabiendo lo que me gusta la informática y Linux (también la cagué con la Religión y la Ética). Para cuando tuve la primera ocasión memorable al frente de un ordenador personal ajeno, era Windows '95 el que marcaba el tempo de los Pcs. Pero fue fugaz y apenas interactué con este sistema operativo. No tuve mi primer ordenador hasta el siglo XXI ( año 2001), cuando en un parón laboral decidí que debía instruirme en la informática empresarial y de oficina, al comprender que el futuro laboral que tenía ante mí podía exigir conocimientos de esta índole, previsión que se cumplió más tarde en diferentes trabajos hasta la fecha. No sabía apenas manejar el ratón y hasta el legendario Netscape Navigator entre otros programas (requiescant in pacem) me era una tarea ardua. Entre las disciplinas a aprender - WindowsNT, HTML 1.0, ASP, PSP, Javascript, Java (este, imposible) - se encontraba Linux, eso sí, como Administrador de Sistemas y tirando de consola más que de interfaz gráfico. Sin embargo, mientras recibíamos instrucción y yo la desaguaba como si mi capacidad de comprensión fuera un tapón con un boquete en medio en un lavabo de manos, nos facilitaron un par de compact discs, uno de Windows NT edición para "parados" y un Red Hat ( si no me equivoco, Red Hat 5 con un sombrero de ala ancha). Tuve que aprender por consola a formatear y particionar ( nada difícil si eres guiado) el disco duro con fdisk en un diskette para instalar tanto copias de Windows "facilitadas" por manos caritativas como para la instalación de la primera distro que me topé. Por entonces, mi primer PC montaba un Windows Milenium, ¡vaya castaña que me metieron! Se bloqueaba a cada instante y no dudé ni un momento en formatear el ordenador para instalar Windows 2000 profesional y RedHat. Me pareció muy extraño la advertencia "instalad primero Windows 98, luego Windows 2000 y finalmente Linux (como todo amante de la informática, no me quedé en una sola distribución linux). Linux lo veía todo, Windows 2000 únicamente era capaz de detectar los sistemas Microsoft como W'98, y W'98 sólo se veía a sí mismo". Así que me pareció que existía una jerarquía en función de la capacidad y operatividad de los diferentes sistemas. Uno todopoderoso y superior que era capaz de manejar el resto. Sólo escuchaba elogios para las distribuciones linux en estabilidad y robustez en manejo de sistemas y servidores y un incipiente pero aún espartano interfaz gráfico. Sólo gracias a los esfuerzos de comunidades y foros podía encontrar aplicaciones y tutoriales que me permitieran usar los entornos linux cuando se truncaba algo. Y también gracias a ellos, diversidad y libertad de elección. De este modo compartí la curva de aprendizaje de la informática básica para un usuario de a pie, de esos de "¿dónde se arranca el ordenador?", tanto en entorno Windows como en GNU/Linux. Y pude comprobar que no era más difícil una que la otra, pero me permitió aprender al unísono dos entornos con similitudes gráficas y funcionales a los niveles más básicos, algo así como al niño pequeño que aprende con mayor facilidad dos idiomas en su crecimiento y que de ningún modo igual podría hacer en su juventud o senectud. Y no podía comprender cómo un sistema presuntamente inferior en capacidades podía superar en popularidad y crecimiento a otro si la meta final era difundir una herramienta de múltiple uso y de fiabilidad remarcada. Ah, claro, los intereses financieros en un mercado de ámbito global podían producir unos dividendos muy mucho muchísimo jugosos. Si por entonces Bill Gates hubiera invertido un buen porcentaje de sus beneficios en aquello que le había hecho inmensamente rico, habría pagado su deuda moral con aquello que fue origen de su extremada opulencia. Pero el camino del monopolio fue más poderoso y cuando oigo o leo el importe de sus donaciones para las buenas causas, se me divide el corazón al enjuiciar su conducta - un tío muy bueno y muy ávaro. Está claro que las donaciones a la medicina curativa y a los condones de grafeno está por encima de todo nuestros intereses mediocres, eso sin discusión ninguna. Pero me pregunto por qué no cedió algo en favor del software libre. Y ya me iba por los cerros de Úbeda, todo esto arriba mencionado sólo para constatar la supremacía de los entornos Windows en la informática actual, que es a lo que voy. Ahora algunos (o muchos) de nosotros que deseamos difundir las virtudes de las distribuciones y software libres y gratis encontramos obstáculos, cada vez menos, para la expansión en Pcs de amigos y familiares reticentes (¡hombre, instala linux, que es mejor!) y aquestos, acostumbrados al entorno de los de Redmond y reacios al mínimo cambio de interfaz o de menú herramientas. Para muestra, Windows 8.0. Ni a mí me gustó Windows 7 tras haber tenido que usar XP durante unos años, pero debo reconocer que el primero supera y mejora al segundo. Como leí por ahí en un bloguero o forero, Microsoft da una de cal y otra de arena en su procesión incesante de Windows. Es este quizá lo que disgusta el usuario base, que le cambien un color o una fuente y no encuentre con la misma facilidad y celeridad lo que anda buscando en su escritorio o en los menús ( o menúes, si también escribo jabalíes). Nada más entrar en modo seguro en Windows nos alarmamos sólo cuando la resolución ha cambiado a 800*600. Creo, y sólo es una mera suposición, que los usuarios no desean cambios que frustran su sencillez, no quieren retos superiores a los cotidianos en esta materia y sólo buscan unos cambios estéticos en sus interfaces de Messenger o nuevos emoticones. Mientras, y sólo es otra reflexión, dejan pasar por delante herramientas de trabajo iguales o mejores y superiores y definitivamente más económicas. Creo que aprender linux no es otra cosa que una curva de desaprendizaje mental a lo acostumbrado para volver a aprender lo mismo con una mente más abierta. No creo que sea tan difícil aprender a conducir un coche con cambio semiautomático tras uno con transmisión manual, pero si nos dan a elegir, volvemos a comprar uno con el cambio manual. Rogando clemencia por el uso quizá impropio de símiles que me permitan explicar algunos conceptos o ideas, capitulo este ensayo entroncado en mi afirmación esencial; Linux no es difícil de aprender."Como ya he dicho anteriormente me ha gustado mucho y quiero agradecerte el que me lo mandases para que pudiera publicarlo en mi blog, muchas gracias Victor.
Lo que te paso a ti con el profesor de Dibujo me paso a mi con el de C++, también falle en la decisión de elegir entre Religión y Ética, en la caso los alumnos que hacían Ética como asignatura acababan muchos días en el aula de ordenadores, lo cual me fastidiaba mucho.
Un saludo.