El artículo Literatura fantástica: concepto e historia | #FantasyMarch es propiedad de Carmelo Beltrán.
La Real Academia Española define la palabra fantasía como la «facultad que tiene el ánimo de reproducir por medio de imágenes las cosas pasadas o lejanas, de representar los ideales en forma sensible o de idealizar las reales». Su tercera acepción hace referencia a «ficción, cuento, novela o pensamiento elevado e ingenioso». Sea como sea, esto es #FantasyMarch, el pistoletazo de salida de un marzo repleto de fantasía. Así, en este primer episodio toca ahondar en el concepto e historia de la literatura fantástica.
El concepto e historia de la literatura fantástica | #FantasyMarch
De esta manera, nos quedamos ante dos definiciones que no nos sacan de dudas. La primera, si entendemos la literatura como secuencia de palabras que evocan imágenes, puede englobar, de una manera más o menos acertada, lo que hoy entendemos por literatura fantástica. En cuanto a la segunda, englobaría cualquier trabajo de ficción. Independientemente de que tenga la connotación que todo lector hoy en día le otorga a las obras fantásticas.
Así, el término de literatura fantástica se definía en un principio como «el género literario que está basado en elementos de fantasía, ante todo». Una definición que es bastante amplia. Sobre todo, cuando también abarcaba en forma de subgéneros al terror, la ciencia ficción y la literatura gótica.
El problema de estas definiciones radica en su amplitud. Sí. Está claro que en ellas entra la idea de literatura fantástica. ¡Pero es que entra prácticamente todo trabajo literario! Así, un portal como Wikipedia la define como el «género conformado por historias construidas con fenómenos sobrenaturales y extraordinarios». En ellas incluye a la magia, las brujas y a toda criatura que no exista en nuestro mundo.
Sin embargo, y como la propia enciclopedia virtual señala, no es acertada. Esto es así debido a que cualquier elemento mitológico y religioso también se incluiría como literatura fantástica. Y que yo sepa, no ha dicho nadie todavía que la Biblia sea el mayor bestseller de la historia de la fantasía.
El concepto de literatura fantástica
A lo largo de la historia de la literatura se han establecido muchos conceptos para definir lo que significaba el término de literatura fantástica. Una de las definiciones más respetadas es la de Tzevetan Todorov. En su obra, Introducción a la literatura fantástica, define lo fantástico como «el momento de duda compartido entre un personaje de ficción y el lector implícito de un texto de una manera empática».
Su definición establece que los límites de la fantasía literaria estarían denotados por el espacio de lo maravilloso. Ámbito en el que se destacaría para siempre el pensamiento de un mundo racional. De esta manera, lo extraño y la fantasía confluyen en eventos infrecuentes, pero coherentes con la realidad que les da cobijo.
Lector avispado, te habrás dado cuenta de que esta definición es demasiado restrictiva. También lo imaginó la crítica durante parte del siglo pasado. Por ello, entre muchos han tratado de suavizar su contenido y esbozar una definición más amplia y coherente con lo que entendemos hoy al referirnos a la literatura fantástica.
Esta no ha sido la única definición de literatura fantástica. Ni mucho menos. Expertos literarios la han referido como «aquellas historias que no se atribuyen a un origen divino y sobrenatural de fenómenos desconocidos, sino que persigue una explicación racional y científica en su universo. Todo ello dentro de un contexto de cultura laica».
Con esta definición se buscaba que el término de literatura fantástica pudiera incluir la referencia al elemento sobrenatural. Este se entiende como la contradicción con el orden natural de las cosas. Su objetivo es producir inquietud por el mundo al lector. De manera que le sorprenda y le atemorice por su factor de desconocimiento, pero que también tenga el interés suficiente para que quiera cruzar una puerta a un nuevo sistema de epistemología donde pueden caber toda clase de sucesos insólitos y monstruosos.
Tras estas definiciones tan rocambolescas, llegaron las más simples. Otros expertos se refirieron a la literatura fantástica como «aquella que puede presentar un objeto o personaje de la realidad mientras realiza acciones que en un entorno real serían descabelladas o imposibles». Quizás esta se queda demasiado corta.
Por último, hay que señalar que una de las grandes polémicas que ha existido a lo largo de la historia sobre literatura fantástica es al hecho de considerar como tal a aquellas obras que parten claramente de teorías mitológicas como El señor de los anillos o Las crónicas de Narnia.
Subdivisiones de la literatura fantástica
La amplitud del término de literatura fantástica es tal que para poder manejarla se ha tenido que recurrir a subdivisiones. Estas se atañen de manera más o menos fiel a la realidad que albergan. Entre todas las que podrían elegirse, este artículo se ha centrado en las de Tzevan Todorov e Italo Calvino por ser las más referidas por los expertos.
No obstante, es menester avisar del carácter arcaico de algunos de sus matices. Hacen referencia a denominaciones que hoy en día no empleamos, pero como este artículo también es una retrospección al pasado de la literatura fantástica, se ha entendido oportuno utilizarlas.
Subdivisión de Tzevan Todorov
- Extraño puro: subdivisión de la literatura fantástica que relata acontecimientos que pueden ser explicados por las leyes de la razón. De alguna manera que recae sobre el talento literario del escritor, son increíbles, chocantes e insólitos. Provocan en el lector y en el personaje protagonista una reacción semejante a la que obtendrían si se hallaran en un texto de lo fantástico puro. Todorov hace referencia a que la clave de esta subdivisión es que la explicación no se encuentra en el texto. Allí solo hay indicios. Es el lector el que las obtiene de la reflexión. Por ejemplo, se hace referencia a que la literatura de terror caería en esta subdivisión.
- Fantástico extraño: se caracteriza porque todos los elementos que parecen sobrenaturales durante el desarrollo del texto acaban por tener una explicación racional. Esta se encuentra en el texto y no en las cavilaciones del propio lector. Por ejemplo, Manuscrito encontrado en Zaragoza de jan Potocki es uno de los libros que cita Todorov.
- Fantástico maravilloso: es una narración que queda inexplicada desde un punto de vista racional. Sugiere la existencia de lo sobrenatural. En ella el hecho fantástico tiene la posibilidad de ser resuelto por otro hecho fantástico del mismo mundo. Aunque a veces toda acción no hace más que provocar un mayor problema. El ejemplo que cita Todorov es La muerta enamorada de Theophile Gautier.
- Maravilloso puro: se caracteriza por ser una narración en la que los elementos sobrenaturales son normales dentro de la historia. Los personajes están acostumbrados a vivir con ellos. No obstante, el lector no está hecho a dicha realidad. Por ello le impresionan. Decía Todorov que lo maravilloso se caracteriza por no ser una mera actitud ante los acontecimientos relatados, sino por la propia naturaleza de estos. Él dice que el principal ejemplo son los cuentos de hadas.
Subdivisión de Italo Calvino
- Fantástico visionario: en ellas se incluyen elementos sobrenaturales como los fantasmas y los monstruos. La ciencia ficción, el terror o la narrativa gótica formaría parte de esta subdivisión de la literatura fantástica.
- Fantástico mental o cotidiano: se caracteriza porque lo sobrenatural se realiza en una dimensión interior y no tiene impacto con el mundo exterior. Él menciona La vuelta de tuerca de Henry James.
Con el paso del tiempo todas estas subdivisiones han caído en desuso y ahora nos movemos más por subgéneros. No os preocupéis que tendrán su espacio en este #FantasyMarch.
La historia de la literatura fantástica
El ser humano ha contado historias desde que comenzó a habitar este planeta. Las narraciones son inherentes a nuestra especie. Por ello, los más puristas establecen el origen de la literatura fantástica en las cavernas donde habitaban nuestros antepasados. Cuentan que en ellas se recitaban versos de carácter épico y sagrado con los que pedían la benevolencia de los dioses, agradecían sus favores o celebraban los éxitos.
No obstante, lo que a nosotros nos interesa es la literatura fantástica moderna. Así, es menester que avancemos hasta el siglo XVIII. Momento en el que aparecen los cuentos de hadas y las fábulas. Que, aunque no lo parezca, en ese momento estaban dirigidos a adultos. Una pena que el tiempo los haya llenado de prejuicios.
Así, las primeras novelas de fantasía de la historia modernas consideradas son:
- El castillo de Otranto de Horace Walpole. Fue publicada en el año 1974.
- El diablo enamorado de Jacques Cazzote. Vio la luz en 1772.
Desde este momento, el género comenzó a evolucionar. Tomó vida propia y de la mano de Hoffman y de Edgar Allan Poe, autores románticos, introdujeron en su esencia una forma de terror psicológico que posteriormente llegaría a influenciar el propio trabajo sobre el inconsciente de Freud. De la misma manera, reflejaron una concepción contemporánea y revolucionaria de la mente como creadora de la realidad, usando sus pensamientos para dotar al universo de elementos de fantasía.
De la misma manera, en años posteriores, hubo una serie de publicaciones que marcaron un antes y un después:
- Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley en 1818.
- Drácula de Bram Stoker en 1897.
- El extraño caso del doctor Jekyll y mister Hyde de R.R.I Stevenson en 1886.
En el comienzo del siglo XX se viviría la primera gran crisis de la literatura fantástica. Fue una época de cambios y revoluciones en la humanidad. El conocimiento acumulado se relativizaba y todo lo que se había dado por bueno a lo largo de la historia ya no valía. Incluido el orden de la realidad. En estas circunstancias lo sobrenatural ya no podía perturbar un orden inconsistente.
Las consecuencias se encontraron en los caminos que tomaron los escritores. Hubieron dos:
- La vuelta a la literatura mitológica. Fueron los caminos que tomaron escritores de la talla de Lovecraft o Lord Dunsay.
- La introducción del orden paranormal integrado con lo natural del mundo. El claro ejemplo que hay que mencionar es La metamorfosis de Kafka.
Paralelamente, se produce la evolución de la fantasía en lo que se conocerá con el nombre de realismo mágico. Espacio en el que la literatura hispanoamericana marcará la pauta. Gabriel García Márquez y Cien años de soledad serán bandera en este movimiento.
El resto ya es conocido por todos. Pronto la literatura fantástica comienza a sumar más adeptos y aparecen más obras que hoy en día consideramos como imprescindibles. J.R.R. Tolkien, C.S. Lewis, Ursula K. LeGuin, J.K. Rowling… hay muchos. Pero tendrán su espacio en este #FantasyMarch.
¿Vosotros cómo conocisteis la literatura fantástica? ¿Cuál es vuestra historia juntos?
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