Revista Sociedad

Lito escribe de su padre a propósito de Pedro Martínez

Publicado el 12 enero 2015 por Luih

Lito escribe de su padre a propósito de Pedro Martínez.Mi Padre Rafael y Pedro Martínez.

Por Lito Santana. No recuerdo una persona que admirara más a Pedro Martínez que mi padre, ya fallecido, Rafael Santana. Son unas y mil historia alrededor de este lanzador y la simpatía que hacia él desarrolló mi viejo. Para él no existía el juego de pelota si Pedro no iba a lanzar. 


El no sabía de posiciones, ni campeonatos sin ganar que tuviera el equipo para el que Pedro militaba. A él lo que le interesaba era ver a Pedro lanzando y lamentaba más sus malas salidas que el disfrute que resultaba cuando este triunfaba.  Bordeando los 85 años a veces no podía sintonizar el canal por donde iban a transmitir los juegos de Pedro y entonces yo debía atravesar la ciudad, desde la prolongación 27 de Febrero, hasta Los Trinitarios, en la avenida Charles de Gaulle, para dejarle puesto el Canal 37. Casi siempre me quedaba viendo el juego con él, porque después de mi padre el segundo admirador de Pedro Martínez, me consideraba ser yo.  Era tanto así que desde que Pedro comenzó a lanzar para los Expos de Montreal yo era seguidor del equipo donde él militaba. De modo que nunca fue de los Expos, ni Medias Rojas de Boston, ni de los Metros de Nueva York, ni de los Filis de Filadelfia, yo era de Pedro Martínez.  Y entonces tenía ventaja de que contaba con el apoyo de mi padre para el goce o para la tristeza. Recuerdo partidos dramáticos en los que Pedro abandonaba la lomita de lanzar dejando a su equipo con varias carreras arriba y los relevistas terminaban perdiendo el juego. Aquello era demoledor. Lo mismo sucedía cuando por ejemplo la derrota de Pedro era por sólo una carrera.  Eso le rompía el alma y se quejaba de la mala suerte de Pedro al tener que lanzar para “equipos perdedores”.  Una vez me dijo que si Pedro llegaba al séptimo episodio ganando un juego, el manager no debía sacarlo porque era la única garantía de que él ganara su partido. Yo no puedo decir que gozaba más de los partidos de Pedro si por su calidad de lanzador o por las ocurrencias y fanatismo de mi adorado padre.  Hoy que el pueblo dominicano recibirá a Pedro como miembro del Salón de la Fama del Béisbol de Estados Unidos sé que mi querido padre lo estará disfrutando desde el cielo, lugar que como hombre bueno siempre tuvo asegurado. ¡Felicitaciones a Pedro el Grande! -  Editado en Neiba, Cabecera de la Provincia Bahoruco, República Dominicana.


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