Biología de tejidos y Biología evolutiva del desarrolloDesarrollo embrionario y homólogosDesarrollo embrionario y fetal humanoEmbarazoDebate moral, ético y social sobre el embarazo y tecnologías asociadasLa concepción de ser humanoHumanae vitaecomo paradigma de discurso cristiano sobre el embarazoDominio de sí mismoDirectivas pastorales, La Iglesia, Madre y Maestra. Humanae vitaePosibilidad de observar la ley divina.Humanae vitaeDominio de sí mismo.Humanae vitaeCrear un ambiente favorable a la castidad.Humanae vitaeLlamamiento a las autoridades públicas.Humanae vitaeA los hombres de ciencia.Humanae vitaeA los esposos cristianos.Humanae vitae. Parte IA los esposos cristianos.Humanae vitae. Parte IIApostolado entre los hogares.Humanae vitaeA los médicos y al personal sanitario.Humanae vitaeA los sacerdotes.Humanae vitae. Parte IA los sacerdotes.Humanae vitae. Parte IIA los Obispos.Humanae vitaeLlamamiento final.Humanae vitae
Llamamiento a las autoridades públicas. Humanae vitae
Autor: SS Pablo VI | Fuente: Encíclica Humanae vitae
23. Nos decimos a los gobernantes, que son los primeros responsables del bien común y que tanto pueden hacer para salvaguardar las costumbres morales: no permitáis que se degrade la moralidad de vuestros pueblos; no aceptéis que se introduzcan legalmente en la célula fundamental, que es la familia, prácticas contrarias a la ley natural y divina.
Es otro el camino por el cual los poderes públicos pueden y deben contribuir a la solución del problema demográfico: el de una cuidadosa política familiar y de una sabia educación de los pueblos, que respete la ley moral y la libertad de los ciudadanos.
Somos conscientes de las graves dificultades con que tropiezan los poderes públicos a este respecto, especialmente en los pueblos en vía de desarrollo. A sus legítimas preocupaciones hemos dedicado nuestra encíclica Populorum Progressio.
Y con nuestro predecesor, Juan XXIII, seguimos diciendo: "Estas dificultades no se superan con el recurso a métodos y medios que son indignos del hombre y cuya explicación está sólo en una concepción estrechamente materialiasta del hombre mismo y de su vida. La verdadera solución solamente se halla en el desarrollo económico y en el progreso social, que respeten y promuevan los verdaderos valores humanos, individuales y sociales"26.
Tampoco se podría hacer responsable, sin grave injusticia, a la Divina Providencia de lo que por el contrario dependería de una menor sagacidad de gobierno, de un escaso sentido de la justicia social, de un monopolio egoísta o también de la indolencia reprobable en afrontar los esfuerzos y sacrificios necesarios para asegurar la elevación del nivel de vida de un pueblo y de todos sus hijos27.
Que todos los Poderes responsables —como ya algunos lo vienen haciendo laudablemente— reaviven generosamente los propios esfuerzos, y que no cese de extenderse el mutuo apoyo entre todos los miembros de la familia humana: es un campo inmenso el que se abre de este modo a la actividad de las grandes organizaciones internacionales.
26. Cfr. Enc. Mater et Magistra, AAS 53 (1961), p. 447.
27. Cfr. Enc. Populorum Progressio, nn. 48-55.PRINCIPAL
REGRESAR