RESTAURANTE LLARES.
Calle Doctor Fleming 7.
45567, Lagartera, Toledo.
Telf: 925 43 11 57.
Web: http://www.llares.com/
Precio: 35€
Calificación: 4,5 GUINDILLAS.
El equipo guindillero siempre
en busca de proporcionaros las mejores opciones gastroviajeras, no ceja en su
empeño de ofreceros agradables lugares dónde disfrutar de nuestra pasión.
Hace sólo unos días acudimos a
una cita realmente interesante. Este restaurante se encuentra en la famosa
localidad toledana de Lagartera, conocida entre otras cosas, por haber
conservado la tradición de sus trajes típicos y sus bordados.
El local:
En una antigua y típica casa
lagarterana, en pleno centro del pueblo, con un hermoso patio interior, se
encuentra este restaurante en la planta superior.
El espacio no sólo es bonito,
es muy agradable, con mucho espacio entre las mesas, con un panel de imágenes típicas
de la localidad y paredes decoradas con trabajos de bordados. Os aseguro que el
espacio resulta realmente encantador.
La cocina:
Ellos la definen como una
cocina de mercado inspirada en productos locales y con toques de modernidad. Bien,
digamos que no probamos tantos platos como para tener una opinión más
fundamentada, así que, por nuestra experiencia, daremos por buena su definición.
Eso sí, aviso a navegantes, ¡no tienen migas en la carta!.
En nuestro caso nos decantamos
por una ensalada de rúcula con un delicioso y muy original toque de chocolate
negro rallado. Realmente delicioso y muy sutil, la combinación chocolate con rúcula
me pareció espectacular.
También probamos el que quizá
sea su plato más citado en los foros, unas setas con alioli de miel, ¡y os
aseguro que hacen honor a su fama!, ¡madre mía!, ¡que forma de rebañar el
plato!.
Para los segundos, un ciervo
adobado con confitura de membrillo. Un buen plato, pero no espectacular. La
carne estaba bien preparada, pero digamos que no fue demasiado sabrosa. Como
dato curioso, y agradable, os diré que las cebolletas que aparecen en el plato,
no estaban asadas o confitadas, estaban encurtidas, lo cual le venía muy bien
para contrarrestar el dulzor de la confitura de membrillo.
Por su parte, Pendiente de
Diagnosticar pidió un crujiente de ventresca con pisto (manchego, claro). Realmente
un buen plato, mucho más ligero de lo que a lo mejor os estáis imaginando.
Como postre un biscuit de
higos bien presentado y muy ligero y agradable, quizá, de nuevo, algo insípido.
Para beber una botella de
Caliza, un vino que realmente me tiene encandilado.
A destacar la variedad de buenos vinos manchegos que tienen a disposición de los clientes.
Conclusión:
Un lugar muy agradable con un
interior sorprendente en su entorno, Buena cocina y un precio muy razonable que
se acompaña con un trato amable y eficiente.
Un pequeño problema puede ser
el estacionamiento, si acudís en coche, os puede costar un poco aparcar
relativamente cerca del local.
Nos quedamos con ganas de
probar más, seguro que volveremos.