En la temporada anterior, la compañía vasca Kukai Dantza, Premio Nacional de Danza 2017, sorprendió al público ponferradino con la brillante plasticidad de “Oskara”. En ‘Erritu’, sobre una coreografía del israelí Sharon Fridman, plantean un viaje vital que atraviesa mediante ritos de paso individuales y colectivos los distintos estados de la vida en relación con la naturaleza y con la comunidad. Estados que van desde el nacimiento al caos, pasando por el desierto de la soledad, hasta llegar al encuentro, el amor y, finalmente, la muerte.
Los ritos ejercen a modo de puentes para intentar descubrir el sentido de las conexiones entre nuestra existencia individual -cargada de pasado, presente, promesas de futuro y opciones- y la experiencia colectiva ritualizada, siempre referencial pero también en movimiento y cambio.
Espiritualidad, ternura y decisión personal se dan la mano con un viaje que, al final, resulta colectivo pero influido por las trayectorias de los más conscientes. La pieza ha obtenido el Premios Max 2019 a la Mejor coreografía y el Premio al espectáculo más original e innovador en el TAC (Valladolid, 2018).
Sobre una idea original de Jon Maya Sein, la obra está interpretada por Alain Maya, Eneko Gil, Ibon Huarte, Izar Aizpuru, Nerea Vesga y Urko Mitxelena. En «Erritu» se funden dos modos de entender la danza. En la diferencia entre los dos lenguajes se encuentra la riqueza y el atractivo. Dos estilos por momentos antagónicos, que buscan sus lugares comunes para crear un espectáculo en el que estén presentes ambas ideas, además de moldear una tercera vía en la que transitar. Dos maneras de entender la vida que confluyen en un espectáculo con el que todos se sienten identificados, aunque cada uno reconoce la mano del otro para crear algo diferente.
Las crítica se ha rendido ante la elegancia y la fluidez de la pieza: “Con el movimiento de los bailarines, todo comienza a fluir de manera prodigiosa. Se mueven como si fuesen movimientos de lo más natural, pero con una elegancia y una técnica indiscutible, metódicos y con una plasticidad que nos sitúa en otro lugar, un bello espacio en el que todo transcurre con fluidez y distinción. Sus movimientos evocan desde el nacimiento a la locura”.
TEATRO BERGIDUM. Viernes, 2 octubre. 20,30 horas