Revista Salud y Bienestar
Con la llegada del otoño toca sacar el pañuelo, y los padres empiezan a visualizar largas noches en Urgencias con sus hijos en brazos. Y es que, como cada año, la distribución estacional de los virus y la vuelta al cole son el caldo de cultivo ideal para el contagio. Pero ¿por qué tenemos la sensación de que actualmente hay más bronquitis o ataques de asma que nunca entre los más pequeños? Los expertos aseguran que buena parte de la respuesta la tiene la contaminación atmosférica producida por el tráfico. Y no es solo una impresión de los padres: en niños menores de 15 años, la prevalencia de asma se ha duplicado en los últimos 20 años. Entre los 6 y los 7 años, la franja de edad que más ha aumentado, en 1993 era del 6,3%; en 2002, del 11%, y cerca del 14 % en estudios más recientes. Otros estudios con niños de 10 y 11 años muestran una prevalencia de rinitis y rinoconjuntivitis del 39% y 25%, respectivamente. La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) sostiene que el 30% de las enfermedades infantiles están asociadas al medio ambiente.
En Irlanda, tras la ley antitabaco, bajaron un 18% los casos de asma
"Estudios españoles han mostrado que la concentración media anual de dióxido de sulfuro ambiental se correlacionó con una mayor prevalencia de asma grave de reciente comienzo; la de monóxido de carbono se asoció con una mayor prevalencia de rinitis, rinoconjuntivitis y eczema atópico, y la de dióxido de nitrógeno, con la prevalencia de tos nocturna", asegura Eusebi Chiner, jefe de servicio de neumología del hospital universitario San Juan de Alicante y secretario general de la SEPAR. Hasta la adolescencia es la fase más vulnerable.
-Del centro de Madrid al campo
Josep Maria Antó, director del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) de Barcelona, hace hincapié en que "en los niños con enfermedades respiratorias, la contaminación aumenta el número de ataques de asma y la susceptibilidad a las infecciones víricas". Por este motivo, un niño que vive en el centro de Madrid tiene más riesgo de desarrollar una alergia al polen que otro que vive en el campo.
El lugar de residencia sí importa, porque diversos trabajos demuestran claramente que vivir a menos de 100 metros de una gran vía de tráfico comporta un 50% más de riesgo de padecer efectos adversos sobre la salud respiratoria. Hay medidas útiles como instalar un doble vidrio, usar mascarilla en algunos casos, y sobre todo, evitar la exposición de los niños al humo del tabaco en los hogares. "Existe un efecto dosis-respuesta entre tabaquismo pasivo por parte de los padres y presencia de enfermedades respiratorias en la población infantil", insiste Chiner.
Ambos expertos aluden al caso escocés: en 2010, un estudio valoró las consecuencias de la legislación antitabaco que, cuatro años antes, había erradicado el humo de cualquier espacio público, incluidas calles y terrazas de bares. El trabajo mostró que en niños menores de 15 años, los ingresos por asma, que venían aumentando en un 5,2% anual, se redujeron una media del 18,2% anual en relación al periodo anterior. Según datos del estudio Infancia y medio ambiente (INMA), entre un 35% y un 45% de los niños españoles conviven hoy con fumadores.
**Publicado en "EL PAIS"
En Irlanda, tras la ley antitabaco, bajaron un 18% los casos de asma
"Estudios españoles han mostrado que la concentración media anual de dióxido de sulfuro ambiental se correlacionó con una mayor prevalencia de asma grave de reciente comienzo; la de monóxido de carbono se asoció con una mayor prevalencia de rinitis, rinoconjuntivitis y eczema atópico, y la de dióxido de nitrógeno, con la prevalencia de tos nocturna", asegura Eusebi Chiner, jefe de servicio de neumología del hospital universitario San Juan de Alicante y secretario general de la SEPAR. Hasta la adolescencia es la fase más vulnerable.
-Del centro de Madrid al campo
Josep Maria Antó, director del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) de Barcelona, hace hincapié en que "en los niños con enfermedades respiratorias, la contaminación aumenta el número de ataques de asma y la susceptibilidad a las infecciones víricas". Por este motivo, un niño que vive en el centro de Madrid tiene más riesgo de desarrollar una alergia al polen que otro que vive en el campo.
El lugar de residencia sí importa, porque diversos trabajos demuestran claramente que vivir a menos de 100 metros de una gran vía de tráfico comporta un 50% más de riesgo de padecer efectos adversos sobre la salud respiratoria. Hay medidas útiles como instalar un doble vidrio, usar mascarilla en algunos casos, y sobre todo, evitar la exposición de los niños al humo del tabaco en los hogares. "Existe un efecto dosis-respuesta entre tabaquismo pasivo por parte de los padres y presencia de enfermedades respiratorias en la población infantil", insiste Chiner.
Ambos expertos aluden al caso escocés: en 2010, un estudio valoró las consecuencias de la legislación antitabaco que, cuatro años antes, había erradicado el humo de cualquier espacio público, incluidas calles y terrazas de bares. El trabajo mostró que en niños menores de 15 años, los ingresos por asma, que venían aumentando en un 5,2% anual, se redujeron una media del 18,2% anual en relación al periodo anterior. Según datos del estudio Infancia y medio ambiente (INMA), entre un 35% y un 45% de los niños españoles conviven hoy con fumadores.
**Publicado en "EL PAIS"
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