A partir de estas fechas de julio, más o menos terminada la época de cría, se produce la llegada a Asturias de un buen número de jóvenes de cernícalo procedentes de la meseta castellana. Son especialmente abundantes en el suroccidente, y su número disminuye a medida que vamos hacia el norte. Ocupan principalmente las zonas altas, y se desplazan hasta aquí por la gran abundancia de presas que encuentran en los prados y pastizales asturianos, especialmente saltamontes y otros ortópteros.
Estas fotos se corresponden con los primeros ejemplares que he podido localizar esta temporada, a mediados de la semana pasada en una sierra del concejo de Salas un día de niebla. Parecen jóvenes de cernícalo vulgar Falco tinnunculus, pero no son fáciles de distinguir del cernícalo primilla Falco naumanni, y está comprobado que esta arribada de jóvenes a nuestras sierras está protagonizado por ambas especies. Los cernícalos vulgares se suman así a la población residente, pero la comprobación de la llegada de los primillas es sin duda una de las grandes noticias ornitológicas de los últimos años.
Como digo no son fáciles de diferenciar. Los mejores criterios son dos: la longitud de la última primaria, en vuelo, apreciablemente más corta en el caso del cernícalo vulgar y muy similar en el primilla, y el color de las uñas, negras en el vulgar y amarillas en el caso del primilla.