Quien pase por Rioja 1063 de Rosario se encontrará con un local en donde decenas de camillas están siendo ocupadas por personas, en su mayoría jubilados, quienes parecen dormir plácidamente boca arriba. Pasé un par de veces y me extrañó ver esa exhibición de personas en esa siruación y pensé en un Spa con camillas especiales – se dice en la vidriera que son “termomasajeadoras” – que cobran por el servicio que prestan. Sin embargo me entero que el servicio es absolutamente gratuito y que eso hace que se produzcan largas colas para conseguir un turno.
Las Ceragem se promocionan como de tecnología alemana, aunque fueron creadas por la división salud de Samsung, quizá por eso se ven a personas de origen oriental a cargo de los locales en donde – siempre gratis – la gente puede disfrutar de un masaje electrónico realizado por unos rodillos ” de jade” en la columna vertebral.
Si bien en la página oficial de Ceragem limitan los beneficios a problemas propios de la vida sedentaria, el dolor de espalda, de piernas, articulaciones y hasta cólicos abdominales, si se acuesta panza abajo; en los locales los promotores suelen mencionar que las camillas “curan” cáncer, el Sida y hasta la miopía.
Busqué en Internet referencias sobre estas camillas y estos extraños locales que “regalan” los masajes y me encontré con una interesante crónica de Juan Cruz Medina, un estudiante de medicina, que cuenta su experiencia yendo a un local de Ceragem en Buenos Aires:
“Un día me animé y fui para una sesión de este aparatito. Al llegar me atiende una morocha hermosa, saluda con un beso en la mejilla, me pregunta mi nombre, cuántas veces vine (le dije que es la primera vez) y me entrega un número (es por orden de llegada, no hay turnos), y luego de darme una intruducción del aparato, aclararme que es gratuíto y darme una condición:
“No podés salir del local mientras esperás, tenés que esperar acá adentro, tenés una charla obligatoria antes de usarlo. Si salís antes tenés que entregar el número. Ok, yo acepté y fui a buscar un asiento para leer un rato mientras esperaba. Un detalle no menor era que tenía que esperar 2 horas y media hasta que llegara mi turno. Yo me hubiese ido si no fuera por las maravillas que me contaron mis vecinos y la verdad también tenía intriga de saber cómo funcionaba ese famoso aparatito…Me dieron un número cercano al 31.
(…) En el lugar hay como 50 camillas que funcionan a turnos de 40 minutos casi sin parar. Uno al esperar escucha esa famosa charla de un animador, se podría decir. Los temas son variados, pueden ser de motivación, autoestima, los beneficios de ceragem. Y si: esta lleno de personas mayores de edad que esperan ansiosos que les toque su turno.
La primera impresión que tuve cuando estaba escuchando fue: ¡Esto es una Secta! El “animador” les decía que aplaudieran de una manera en particular y éstos lo hacían con un entusiasmo que me sorprendía. También los hacía cantar y bailar. ¿Les estaránlavando el cerebro? (pensé).
En otros momentos los animadores invitaban a la gente a que comente sus experiencias…. y había todo tipo de experiencias. Que le curó el dolor de espalda, que empezaron a oír mejor, que lo que los médicos no pudieron lograr la camilla lo logró (acá no sabía si reir o llorar, por suerte los animadores aclaraban que no es un reemplazo del médico, pero también aprovechaban cada ocasión para decir que no saben nada y que la camilla se las sabe todas), que les cambió la vida, que ya no se sienten cansados, que ahora tienen “energía”.
(…) Lo que más me molestó fueron los palos a la medicina tradicional, pero por lo menos no metían la pata hasta el fondo porque recomendaban que no dejen de ir al médico y que son los únicos capacitados para “Recetar Pastillas”.
(…) Después me puse a pensar ¿No será esto una Religión? ¿o tal vez una Pseudoreligión? Porque se ponen a Adorar a un producto como si fuese algo más que Jesús, Mahoma y Jehová juntos! Ya habían varias similitudes con los momentos de una misa, es más: cuando le toca el turno a un nuevo grupo cantan y aplauden: Ceragem! Ceragem! Ceragem! …. como si fuese Amén.
(…) Llegado el turno despues de 2 horas y media finalmente obtengo mi turno. Comenté que era la primera vez, me volvieron a explicar las maravillas de este aparato, me dieron algunas instrucciones y finalmente pude probarlo.
Durante la sesión seguía escuchando a otros animadores y me puse a pensar:
-Si estos tipos no cobran por las sesiones, cómo hacen plata? Y la respuesta la dio otra animadora. Ellos Venden los aparatos, pero no cobran nada por probarlos.
Y ahí me cayó la ficha: el Modelo de Negocios es realmente envidiable. Por qué?
- Porque tienen escasos o nulos gastos en Marketing
- Porque al ofrecer este servicio gratuito (sin ningún compromiso de compra) todas las veces que uno quiera y cuantas veces quiera obtienen el mejor Sistema de Marketing que pueda existir: “El boca a boca”. Es una excelente manera de dar a conocer el producto. También de este modo se ahorran muchísimo dinero en Publicidad. Por qué no mejor invertir en brindar un buen servicio y obtener una publicidad mucho más eficiente? (algunos hasta dicen que la camilla se vende por sí sola).
- Porque quienes prueban el aparato una y otra vez terminan siendo evangelizadores/vendedores: mis vecinos me vendieron muy bien el aparato y se la pasaban hablando maravillas a todo el mundo sobre el mismo. (se imaginan conseguir vendedores gratis?)
- Porque al ver que no te piden nada a cambio la gente deposita total confianza, si cobraran un solo peso la gente ya desconfiaría.
- Porque quienes lo prueban terminan siendo fanáticos. (…)
- Porque al haber tanta gente y al ser tanta la espera muchos se cansan y para evitar eso terminan comprando el aparato (mis vecinos me ofrecieron pagar en partes iguales) porque sino seguirían yendo gratis, ¿no?”
Lo cierto es que Ceragem vende estos equipos, en Mercado Libre oscilan en 12 mil pesos el más barato, quizá usado, pero deben rondar nuevos entre los 4000 y 9000 dólares.
¿ Y Cómo le fue a nuestro amigo con la camilla? Admite que el resultado es positivo y que logró relajarse con este masaje electrónico, aunque – destaca – no reemplaza al masajista ni al kinesiólogo.
Y volviendo al tema de la venta de estos equipos, la experiencia de Medina al mostrarse falsamente intesado en comprar una camilla es curiosa:
” (…) la 2da o 3era vez que fui, fui directamente para decirles:
-Quiero comprar el aparato, con quien tengo que hablar para que me lo venda? Lo puedo pagar en cuotas con tarjeta? (igual no tenía la plata, pero de caradura nomás).
Grande fue mi sorpresa cuando no me quisieron vender el aparato.
-Vengo aca y quiero comprar el aparato y vos no me lo querés vender? Que clase de empresa no le quiere vender sus productos al cliente?
Terminé hablando con un encargado Oriental del lugar (es uno de los animadores, buen animador y motivador por cierto) y me dijo lo siguiente:
-Yo no te puedo vender el producto si lo probaste pocas veces. Recién cuando tengas varias sesiones te voy a vender el producto, por lo menos unas 10 sesiones.
Yo repliqué:
-Yo no tengo tanto tiempo como para estar esperando el turno unas 10 veces, yo el producto ya lo probe y lo quiero, por qué no me lo querés vender?
Y él agregó:
-Nosotros nos manejamos así: vení mas veces y segui probando el producto unas 10 sesiones antes de comprarlo.
Al ver que no iba a llegar a nada con mi insistencia pregunté:
-Bien: cuánto tiempo tengo que esperar para que me toque mi turno si me das número ahora?
Y la secretaria replicó:
-Unas 3 horas aproximadamente.
El blog del “antisecta” Alfredo Silletta advierte desde 2009 sobre estos “centros de salud” y también hay dando vueltas una nota que hicieron en Revista 23 en donde concluyen diciendo “El negocio crece sin control usando estrategias de venta poco convencionales. No es poco lo que está en juego: la salud física y mental de gente que está sufriendo.”
Las Ceragem también tiene competidoras y son otras marcas que ser reúnen en la familia de las “camillas coreanas o de Jade”, y son todas similares, igual de caras y casi imposibles de adquirir por los miles de jubilados que hacen cola desde la madrugada para un turno. Algunas están funcionando en Spas o Centros de Estética, a 40 o 50 pesos la hora, y los que las pudieron adquirir admiten que nunca se logra amortizar la inversión y terminan siendo revendidas.
El mismo blog de Medina aporta un enlace de un procurador de Texas, EE.UU., que dió freno al sistema de ventas de Ceragem con textuales palabras “es el primer estado en llevar a cabo medidas legales contra la compañía por sus engañosas prácticas de mercadeo.”
El sistema de ventas y promoción de estas camillas deja como un poroto a las ollas Essen y las cremas de Avon, es un fenómeno mundial que no pasa desapercibido.
Creo que es necesario observar cómo está trabajando Ceragem en Argentina y si no incurre en las mismas prácticas engañosas detectadas en Texas. Yo creo que sí. ¿Uds. qué opinan?.