Revista Ciencia

LLegó la primavera a España.

Por Grumete
           LLegó la primavera a España.             El pasado lunes, estuve viendo las cópulas de la pareja de cernícalos (Falco tinnunculus) que anida desde hace varios años en un ciprés al lado de mi casa, en un nido abandonado de urraca. En los enormes chopos próximos, las urracas (Pica pica) “discuten” para ocupar los nidos que tradicionalmente y desde hace años vienen siendo ocupados por parejas de esta misma especie. En el mundo de las urracas sigue haciendo falta construir más viviendas, ¡qué diferente al nuestro.! La primavera se desborda a nuestro alrededor pese a ésta semana de frío y viento helado. En la foto superior orquídea espejo de Venus (Ophrys speculum), una de las primeras orquídeas que aparecen en los pinares cercanos a Zaragoza.
            Este año la primavera comenzó el día 22. En Madrid, tuve la ocasión de asistir a una manifestación histórica en la cual se pide que volvamos a “rebobinar la película”. Que los servicios públicos retornen al punto de partida y que cese el lote de recortes y subidas de impuestos que asfixian al país… bueno, al país no, sólo a una parte de los que viven en este país, básicamente los trabajadores y aquellos que han dejado de serlo en este período. Se pide al gobierno que gobierne para el pueblo que los eligió.
   La televisión no tarda en recordarme el país en el que estamos. El silencio informativo que sólo se rompió por las salidas de algunos políticos comparando al pueblo desesperado con los de “amanecer dorado” y con la chulería de aquellos que decían por mi pueblo no pasarán, como si la circulación por el país dejase de ser libre. Curiosa comparación con los nazis para un movimiento en cuyas marchas podemos ver inmigrantes de diversos lugares del mundo. No obstante siempre queda leer Le Monde o Libération, periódicos franceses, donde se hablaba de la “gigantesca manifestación” que había habido en Madrid. Es la mayor manifestación que he visto en mi vida.   En España las “noticias” sólo hablan de las cargas policiales. Pero no hablan de que la policía irrumpió en un concierto media hora antes de que acabara el acto autorizado pese a que desde los micrófonos se les pedía que por favor abandonasen el lugar. Seguramente cumplían órdenes de alguien que sí sabía que todavía había permiso para estar concentrados en Colón. Sólo hablan de policías heridos. De policías que fueron puestos allí tras las provocaciones para que una vez desatada la violencia quedaran sólos y aislados facilitando los titulares y las “noticias” de la jornada. La maniobra de desprestigio de la marcha ha llegado al punto extremo de utilizar policías como cebo para que los violentos que en todos los sitios aparecen, (fútbol o cualquier otro tipo de concentración multitudinaria) se cebaran con ellos. Y no dudaron en provocar su respuesta irrumpiendo mientras el acto se desarrollaba en paz y en un horario autorizado. Amparados en la noche, cuando todos los gatos son pardos. Es como un cazador de jabalíes que abandona a su perro a merced de los colmillos de un jabalí herido tras haberle animado a atacarle.    Que violentos tomasen la calle no impidió, como es costumbre que se detuviese de forma arbitraria a personas que simplemente iban de vuelta para coger el autobús de regreso a sus casas, y que estuvieron retenidas durante horas sin agua ni comida en malas condiciones. Los “sindicatos” policiales muestran fotografías de armas incautadas incluso un año atrás en una falta de táctica tal que finalmente sabemos que se trata de fotos publicadas en medios informativos, alguno incluso un año antes. Algunos incluso piden que se autorice más libertad en el uso de la violencia policial, hecho que puede desembocar en una espiral de violencia en las manifestaciones que sólo será útil para aquella minoría violenta que pasea por nuestras calles o que se oculta entre los cuerpos uniformados, y sobre todo para aquellos que viven de ocultar la verdad. Cuando Hitler formó sus cuerpos de las SS, y Himmler establecíó la Solución final, no tuvo que salir de Alemania para buscar quien torturase y eliminase a las personas en los campos de concentración. Los encontró entre la población civil, algunos entre la policía, otros entre los militares, e incluso entre el personal sanitario. Esta minoría violenta vive en nuestros pueblos, pasea por nuestras calles y lleva a sus hijos a los colegios. Cualquier maniobra que provoca el enfrentamiento entre ellos, que brote ese comportamiento con el objeto de coger en medio a personas que no son así y aprovechar políticamente el conflicto, no habla muy bien de aquellos que lo promueven. LLegó la primavera a España.   A la corrupción, indulto de ladrones y robo al pueblo, hay que añadir la manipulación de los medios y la provocación. Y es que necesitaban que hubiese heridos en la policía, y eso sólo se consigue provocando primero a aquellos que responden a la provocación y dejando después a unos pocos a merced de éstos. Esta manifestación también será recordada por la despreciable maniobra política que pudo terminar en tragedia, y de cuyo resultado se responsabiliza a las marchas por la dignidad, marchas que llevaban un mes de silencio informativo caminando por este país, al lado de los guardias civiles de tráfico que los acompañaron durante largos tramos de carreteras regulando el tráfico, de la policía local de los pueblos por los que pasaron y de la policía nacional en algunos lugares de más entidad sin provocar ni un solo conflicto y que en algunas ocasiones caminaron junto a ellos sin que fuera estrictamente necesario para la seguridad de las columnas, apoyando silenciosamente la marcha con su gesto.

   ¡Que no nos roben la primavera.!



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