Ya hace varios días que se desató la polémica, cuando los padres catalanes supieron que sus hijos, los alumnos de los centros escolares que llevaran fiambrera deberían pagar una cuota por ello, el dinero se empleará, en teoría, para sufragar los costes de neveras específicas, servicios de limpieza, microondas para calentar la comida y monitores para vigilar a los niños. El esperado ahorro se queda en agua de borrajas, decimos esto porque al parecer, el coste supondrá aproximadamente la mitad del precio que tiene el servicio de comedor, llevar fiambreras al colegio costará unos tres euros.
Los padres pretendían ahorrar con las fiambreras, pero si tienen que pagar 3 euros diarios parece que no va a salir a cuenta, a este dinero hay que sumarle la comida, el trabajo de elaboración en el hogar… al final la suma podría llegar a un montante similar al de acceder al servicio de comedor escolar. La directora general de Atención a la Familia y Comunidad Educativa del departamento de Enseñanza, indica que el precio fijado es un tope y que está condicionado al número de alumnos que lleven fiambrera a la escuela. La directora hace hincapié en el ahorro indicando que se cifrará en un 50% aproximadamente, pero como ya hemos indicado, los alimentos, la elaboración, el tiempo empleado, etc. son factores que hay que sumar, por lo que el ahorro, en nuestra opinión, es irrisorio.
De momento ya se ha dado el visto bueno para que a partir de la próxima temporada escolar, los colegios e institutos catalanes puedan implantar el servicio de fiambrera como alternativa a los comedores escolares, recordemos que esta era una petición realizada por varias asociaciones de padres que con esta medida, pretendían reducir gastos ante la grave crisis económica en la que nos encontramos. Lo que quizá no esperaban es que se impusiera esta ‘cuota de la fiambrera’ tan elevada, se nos pasa por la cabeza que lo que se intenta es que los padres abandonen esta iniciativa y los alumnos sigan accediendo al servicio del comedor escolar.
Decimos esto por las declaraciones realizadas por la mencionada directora, Meritxell Ruiz, indica que más del 85% de los menús escolares de Catalunya cumplen con las recomendaciones para una dieta saludable, respalda esta declaración con un estudio que se ha realizado durante los últimos seis años, en el que se han revisado los menús que disfrutaban los escolares (273.846 alumnos) en los comedores de los colegios. Por otro lado se alude a que el sobrepeso y obesidad que sufren los niños catalanes, es el resultado del sedentarismo, los malos hábitos alimenticios y la falta de ejercicio físico. Parece evidente que se defiende el comedor escolar en todos los frentes intentando mostrar los beneficios que ofrece.
Se habla de cambios de hábitos para que los niños mantengan un estilo de vida saludable, pues será cuestión de que se empiece a introducir la asignatura de nutrición en las escuelas, de que se incremente el número de horas de ejercicio físico que se realiza, y otras medidas de las que hemos hablado en varias ocasiones, que implican a los responsables de educación. Claro, que como introducir cambios representa un incremento del gasto, de estos temas no se habla y se centra la atención en otras cuestiones. En resumidas cuentas, si se debe pagar hasta el 50% del coste del comedor escolar por el servicio de fiambreras en el colegio, no ayuda mucho y en estos tiempos de crisis todos tienen que arrimar el hombro, especialmente las administraciones que parecen buscar alternativas para recaudar fondos ante cualquier iniciativa pensada para el ahorro familiar.
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Llevar fiambreras al colegio costará unos tres euros