Imagen: Wikipedia
En el anterior “post” os hablaba acerca de la existencia de un islote ( Isla de los Faisanes ), que se encuentra en medio del río Bidasoa, a su paso por Irún y Hendaya, y que su soberanía está compartida entre España y Francia. Medio año uno, medio año el otro.
Pues bien, para quienes os gusten este tipo de datos, también os hablararé de otro curioso emplazamiento nacional que se encuentra en una situación no menos llamativa; se trata del municipio de Llivia, y su particularidad es que está completamente rodeado por territorio francés.
Depende administrativamente de la diputación de Gerona, y es por mérito propio uno de los exclaves más curiosos que tenemos en España.
Desde el municipio no se puede llegar a la España peninsular si no es pisando Francia, y esto es debido al tratado que en 1660 se firmó entre ambas naciones fronterizas, mediante el cual España cedía una serie de pueblos fronterizos al país vecino. Llivia se salvó de la cesión gracias a su estatus de villa concedido por Carlos V.
La anécdota: al final de la Guerra Civil Española, las tropas sublevadas, a fin de poder hacerse con el control del pueblo, tuvieron que pedir permiso a las autoridades francesas para llegar hasta allí. De no haberlo conseguido, técnicamente la república española podría haber seguido hasta nuestros días. Eso si, a escala.