Lloque Yupanqui, tercer inca. Nacido en el Inticancha, fue el segundo hijo de Sinchi Roca y Mama Huaco. Según Alberto Tauro del Pino "se le prefirió entre los numerosos descendientes de su padre, en atención a sus sobresalientes cualidades físicas y su destreza en el combate". Su reinado fue una permanente lucha por sobrevivir. Coinciden los cronistas en que no hizo conquista militar alguna, a excepción del idílico Garcilaso quien afirma que "hizo grandes cosas" y entró en el territorio del Apurímac, en ese entonces dominado por los poderosos chancas, debido a lo cual esta incursión es poco creíble.
Prosiguió la guerra contra los ayarmacas y tuvo además que enfrentar una rebelión de los huallas, antiguos pobladores del Cuzco que había sojuzgado su abuelo Manco Capac, logrando aplacarlos. Gracias a su diplomacia mantuvo buenas relaciones con los curacazgos vecinos, ganándose las simpatías de los curacas Huamay Samo (señor de Huaro) y Pachachulla Wiracocha (señor de Urcos), y de un sector de los ayarmacas (ayllus de Tampucunca y Quilliscanchis), con quienes hizo las paces.
Se cuenta que Lloque Yupanqui había llegado casi a la ancianidad, agobiado por la tristeza y la depresión de pensar que moriría sin dejar sucesor. Tuvo entonces la aparición de una divinidad que le decía: "No tengas pena, Lloque Yupanqui, que de ti descenderán grandes señores". Enterados los parientes de semejante declaración solicitaron como novia a la hija del curaca de Oma, una doncella llamada Mama Cahua, quien inicio camino al Cuzco, que se hallaba a 12 km de distancia. La travesía duró cuatro días, debido a las fiestas que se hacían en cada poblado que pasaba. Mama Cahua llegó a la capital, hallando a su decrépito marido casi sin fuerzas para la procreación. No obstante, luego de algún tiempo, la coya quedó embarazada, pero se ignora si el sucesor Mayta Capac fue hijo de ésta. Lo más probable es que la unión se haya mantenido por conveniencia, con miras a ganarse amigos y aliados a fin de afianzar la seguridad del pequeño reino del Cuzco.
Lloque Yupanqui murió en el Inticancha, lugar donde había nacido, y sus funerales dieron lugar a "grandes lloros". Su descendencia fue reunida en la panaca de Aguanin Ayllu, aunque Cobo le llama Huananina y Sarmiento se refirió a Ahuaya.