La NASA advierte que para octubre del año próximo las Dracónidas, una lluvia de meteoritos que ocurre cada otoño, serán catastróficas para la flota de satélites, sondas y construcciones humanas que orbitan alrededor de la Tierra. Se tiene previsto que serán bombardeadas con tal intensidad que podría afectar seriamente a la mayoría de dispositivos que circulan por el espacio. Será un bonito espectáculo desde nuestra casas pero un peligroso avatar para los satélites, según público Neoteo, en su página web.
Para nosotros, el espectáculo de observar una lluvia de meteoritos representa una oportunidad única de admirar la fascinante belleza del espacio exterior. Sin embargo, el año 2011 se convertirá en una época de alto riesgo para todos los artefactos de diseño humano que pululan por la órbita de nuestro planeta. Normalmente, los bólidos no pasan de ser una maravilla visual para aquellos que los admiramos desde la superficie del planeta, pero cada cierto tiempo, la cantidad de meteoritos que sobrevienen hacia nosotros aumenta de modo dramático y pueden ser una incómoda fuente de problemas para los satélites que permanecen expuestos al impacto de estos pequeños misiles interestelares.
En la ilustración se puede observar la ubicación de las dracónidas (arriba a la izquierda) en el firmamento.
El calendario de lluviasde meteoritos nos sitúa en el 8 de octubre del 2011, que será el día que las Dracónidas caigan sobre el planeta como una lluvia de balas incendiarias, muy bonitas desde nuestra perspectiva de observadores, pero muy dañinas desde el punto de vista de los aparatos en órbita. Esta lluvia de meteoritos nos visita cada otoño, pero el año que viene toca una de las gordas, similares a las ocurridas en 1985 y en 1998. La intensidad de esta lluvia se prevé tan fuerte y que podría durar 7 horas. La NASA ya está pensando en reorientar la Estación Espacial Internacional para resistir la brutal acometida que se le viene encima. La plataforma cuenta con un escudo protector para evitar este tipo de bombardeos siderales, pero la potencia de las próximas Dracónidas hace temer que no va a ser suficiente para detener los letales impactos de los bólidos.
William Cooke, del Centro de Vuelo Espacial Marshall de la NASA (Huntsville, Alabama) dijo que los expertos predicen un fortísimo estallido de las Dracónidas, en forma de una gran tormenta y que se espera un pico de varios cientos de “moscardones” espaciales por hora.
En la imagen se observa como la constelación Draco atraviesa la "Osa Mayor" y "Osa Menor".
Efectos de las Dracónidas
Las Dracónidas normalmente son muy débiles pero en 2011 arrasarán aparte de la estación espacial, telescopios tan frágiles como el Hubble también se podrían ver afectados por la riada de partículas asesinas que se le avecina. Las caminatas espaciales también podrían ser prohibidas hasta que la amenaza desde el río de partículas de roca haya pasado. Para los satélites, incluidas las que proporcionan servicios vitales como las comunicaciones, navegación vía satélite y la televisión, se piensa en cómo capear el temporal. Aparte del peligro físico que puede provocar el bombardeo, las descargas electrostáticas pueden freír sus componentes electrónicos vitales. El caos que provocaría esta lluvia de bólidos puede llegar a ser enorme. Solo hay que imaginar que sucedería si los GPS se quedan sin funcionamiento, los teléfonos sin línea o las televisiones sin emisión.
Fuente: La Otra Realidad
Quantum opina:
Los astrónomos temen un bombardeo de meteoritos por alrededor de siete horas debido a los restos de un cometa a finales del próximo año que podría afectar a naves espaciales en órbita y arruinar su electrónica. A su vez el evento probablemente será un acontecimiento visual espectacular para los observadores de las estrellas. Dicha lluvia de meteoros cruza la órbita de la Tierra alrededor del Sol cada mes de octubre, y se le conoce bajo el nombre de Dracónidas. Se le ha dado ese nombre porque los meteoros parecen venir desde la dirección de la constelación de Draco, el Dragón.
Aún no se ha definido la gravedad de la misma, pero a los operadores de naves espaciales ya se les ha notificado desarrollar mecanismos de defensa pues, además de recibir un ataque físico directo, las descargas electrostáticas pueden quemar los componentes electrónicos vitales de los satélites. Normalmente la incidencia de esta lluvia de meteoros es baja, pero puede aumentar dramáticamente cada 13 años cuando la Tierra viaja a través de la parte más densa de la corriente de partículas.
En 1933 se alcanzó un máximo de 54.000 meteoros por hora y 10.000 en 1946. La última lluvia de meteoros tuvo lugar en 1998, alcanzando un máximo de unos pocos cientos cada hora, y seguió siendo la mayor vista en los últimos años. Según las predicciones del Dr. William Cooke, varios cientos de meteoros por hora podrían ser vistos desde la Tierra a partir del 8 de octubre del próximo año.
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