Artista: Wayne D. Barlowe
Obra:
¿Qué especie(s) estamos viendo?: Velociraptor mongoliensis.
Lo bueno:
- Se ubica en una atmósfera que nos transporta al desierto del Gobi, durante el Cretácico.
- El animal tiene una morfología bastante consistente con un V. mongoliensis real, especialmente la del cráneo que antes era retratado con forma más lagartijoide.
- Tiene plumas.
- El animal tiene una postura muy aviana.
- El ojo resplandece según lo esperado para un animal crepuscular o nocturno, pues tendría un tapetum lucidum bastante desarrollado y reflejante.
- El pie no tiene escamas escutadas gratuitas (las escamas escutadas son las que se sobrelapan en el pie de las aves clic aquí para ver un conjunto de ellas).
Lo malo:
- Las plumas que presenta son casi imposibles de evolucionar y prácticamente no tienen ninguna función biológica (*hoy sabemos que esta especie estaba emplumada, pero el autor no lo sabía en su momento).
- La postura de las manos es errónea, esas manos pronadas (con las palmas hacia abajo) no son posibles según lo que sabemos de la configuración de los huesos del brazo, muñeca y mano.
- La línea de la boca no tiene por qué continuar hasta la parte trasera de cráneo, sólo miremos a un ave moderna (clic aquí para ver).
- La posición de la aurícula (oído) y narinas (fosas nasales) son incorrectas. La aurícula debería estar en la parte trasera del cráneo (número 2 en esta imagen). Y la narina en la parte delantera del hocico (un poco más). *Estos datos eran pobremente conocidos durante la época de elaboración de esta pieza, por lo que tenemos que perdonar al autor.
Y bueno mis estimados lectores, hemos llegado al fin de esta pequeña entrada, espero les haya resultado interesante. Excelente día a todos.