Artista: Davide Bonadonna.
Obra:
¿Qué especie(s) estamos viendo?: El protagonista de la obra es un pollo de Tyrannosaurus rex, del Cretácico tardío de Norteamérica. A la izquierda vemos una lagartija que por su anatomía pertenece a la familia Corytophanidae (integrada hoy por los por los géneros Basiliscus, Corytophanes y Laemanctus). Al fondo, angiospermas indeterminadas.
Lo bueno:
- Es una de las pocas representaciones de crías de tiranosaurio donde el bebé no parece una copia fiel del adulto ni un deforme. Da gusto ver este tipo de representaciones que no se guían por lo que apareció en la cinta "El mundo perdido" de Jurassic Park. Y no es que su T. rex bebé fuera malo, sino que hoy sabemos que quizá no eran así.
- El pequeñuelo aparece cubierto de plumas. También es una de las escasas representaciones de crías de tirano cubiertas con plumaje. Y según lo que exploramos en el tema "Las plumas del dinosaurio", la evidencia apunta fuertemente hacia una cobertura de plumas en estos dinosaurios.
- El bebé aparece con una pancita hinchada. Y este detalle puede escapar fácilmente, pero se trata de su saco vitelino (o saco de yema) que el pequeño aún usa como fuente primaria de alimento, tal y como si fuera un crío de arcosauromorfo (en estos enlaces podemos ver fotos de aves, crocodílidos y tortugas con sacos vitelinos).
- El paisaje es muy bueno y no hace pensar en escenas peliculescas donde el nido se ubica en la boca del infierno o algo por el estilo. La ambientación nos lleva (o lo hace conmigo al menos) a un paraje que pudo hacer existido durante el Cretácico tardío de Norteamérica.
Lo malo:
- El lagarto coritofánido es totalmente hipotético. En la Formación geológica Hell Creek (que es donde podemos encontrar restos de T. rex) no se ha descubierto ningún miembro de esta familia. En cambio, sí se han descubierto varanoides, miembros de la familia extinta Polyglyphanodontia, téidos (familia Teiidae), potenciales escíncidos (familia Scincidae), potenciales helodermátidos (familia Helodermatidae), xenosáuridos (familia Xenosauridae) y serpientes. Así que como ven, hay mucho de dónde elegir, no había por qué inventarse un lagartijo que no existía en la zona (o que no sabemos de su existencia).
- El bebé tiene detalles como las manos pronadas (con las palmas hacia abajo) y un patrón que recuerda mucho a la "moda mohicana" de emplumar dinosaurios porque "esa es la forma correcta" (que por supuesto no está respaldada por evidencia fósil alguna, sino por creencias personales). Eso le da cierto toque "retro" (no confundir con vintage), pero ya no está acorde a lo que sabemos.
Conclusión:
La obra me parece muy interesante y explora algunos aspectos poco tocados en el tema "bebé T. rex" como el saco de yema y las plumas. Con todo, me parece que una actualización o un remake sería genial no sólo porque el artista ha progresado mucho con su estilo, sino porque hay datos biológicos que se pueden mejorar.