Llueve. Mentira, estoy en medio de un diluvio. Las primeras dos horas me divertí saltando de charco en charco y admirando como cambiaba la luz con la humedad. Ahora estoy empapada, con frío y las piedras de la antigua vía romana ya no me parecen nada románticas. ¡Quiero llegar ya!
Pero, ¿lo importante no era el camino?
No me vengas con disfrutar del aquí y ahora
Soy la primera en hacer hincapié en la importancia de vivir el momento y disfrutarlo. Sin embargo hay momentos en que la resolución de un problema tiene preferencia sobre el intento de disfrutar del momento. Especialmente si existe una solución más o menos cercana para el malestar del momento, tu humor mejorará mucho al cambiar el enfoque hacia la solución y dejar el camino de lado por el momento.
En mi caso la solución se llamaba Albergue Tamel y estaba a 5,8 km de distancia, lo que serían unos 90 minutos de caminata. Guardé mi cámara, aceleré el paso y me limité a buscar las flechas amarillas. Basta con fotos de flores y nubes, ya no quería ver más capillas e iglesias romanas.
Cuando lo importante es llegar
Hay situaciones que no puedes evitar, que son parte del camino. Caminar bajo la lluvia no siempre es un placer, pero por lo menos te acerca al próximo albergue. Hacer el repaso semanal no es una tarea divertida, pero te ayudará a liberar la mente para el fin de semana. La meta en este momento es terminar la tarea de la forma más eficiente para poder disfrutar del resultado: una ducha caliente en el albergue, o una semana bien organizada.
Una vez que has decidido que la situación tiene su utilidad verás que tu nivel de estrés se reduce. A lo mejor no vas a disfrutar del proceso, pero sabiendo que en poco tiempo tendrás tu recompensa te ayudará a terminar el tramo en un tiempo razonable.
Etapas realistas – recompensas adecuadas
Caminar 90 minutos bajo la lluvia fría quizás no era mi sueño para una tarde de verano, pero era una distancia viable. Si el Albergue hubiera estado a 15 km, habría sido otra historia y quizás me hubiera buscado un hotel a medio camino. Así que cuando te encuentras con tareas o situaciones nada agradables, asegúrate de que haya alguna recompensa a la vista que te facilite salir adelante.
La otra opción es rediseñar la tarea. En caso de que sea algo repetitivo, a lo mejor puedes cambiar la rutina para resolver el problema de forma más eficiente. Si no puedes disfrutar del camino, por la razón que sea, te debes a ti mismo acortar la distancia al destino para poder disfrutar del resultado.
¿Cuál es tu lluvia de hoy? ¿Y cómo puedes acelerar la llegada al albergue?ç